Propaganda armada de AVC rompió el cerco mediático

El exmilitante guerrillero Mauricio Samaniego ha sentido una expectativa inusual por el estreno de su documental. Confiesa que estaba “un poco nervioso” al tener al Teatro Universitario, con sus 850 butacas, como escenario del largometraje sobre el grupo subversivo Alfaro Vive Carajo, del cual fue militante.

Es la tarde del jueves 28 de mayo, 71 aniversario de La Gloriosa -la mayor movilización política y social del siglo XX- y, en la cafetina del cine Ochoymedio, el realizador dice que aquella gesta histórica, la de 1944 -a través de la cual se impulsó la formación de la primera organización indígena del país, la FEI-, recibió una cobertura insignificante por parte de los medios de la época.

“La izquierda siempre fue callada, manipulada por el poder oligárquico”, insiste para mostrar un argumento revelador: la indiferencia mediática frente a las propuestas de la izquierda fue una de las causas de la formación del grupo conocido por las siglas AVC.

“El grupo armado, de alguna manera, rompía ese bloqueo de los medios a propuestas políticas insurgentes. Por eso, las primeras acciones de Alfaro Vive son tomas de medios, como la de Diario Hoy, y otros, radiales, porque veíamos lo militar como un vehículo para la lucha política. O sea, queríamos que se escuchen las propuestas que por décadas se dejaron de lado”, explica el cineasta, quien es reconocible por un atentado poco exitoso.

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Documental AVC teaser from Chulla Lata Films on Vimeo.

Con 18 años, el 9 de agosto de 1985, Mauricio Samaniego Ponce asaltó, junto a un grupo de militantes de AVC, un camión que transportaba pollos de la empresa Pronaca, en la parroquia Yaruquí, en el noroccidente de la capital. El sur de la ciudad era su destino. Tenían la idea de repartir los pollos entre gente de escasos recursos económicos pero, cerca del colegio Juan Pío Montúfar, se percataron de que un vehículo los seguía. Luego, el conductor se les atravesó en la vía, los apuntó con un arma y se inició una persecución. “Era el gerente de comercialización de la empresa”, sonríe Samaniego, a 3 décadas del suceso. “No conocía a la gente de la célula que me acompañaba en esa acción política pero planeábamos entregar material impreso a la gente del barrio marginal, hacer proclamas antes de darles los pollos...”, relata. A causa de eso, Samaniego fue sentenciado a un año y medio por el delito de asalto a mano armada luego de padecer torturas.

Aunque la expectativa del documental que se estrenaba anoche lo tenía en vilo, se trataba de una sensación en nada comparable al miedo que sintió en 1985. “Pensé que me iban a matar, temía eso incluso durante el operativo y más al llegar al expenal (García Moreno), al que llegué hecho mierda”, confiesa.

El Informe Ejecutivo de la Comisión de la Verdad -integrada para la investigación de violaciones a los derechos humanos en el período 1984 a 1988- explica que una de las modalidades de persecución gubernamental contra AVC fue “la utilización de la prensa para ofrecer recompensas en algunos casos u ocultar el desarrollo de sus acciones, en otros”.

El testimonio de los involucrados está recogido en el documental de Samaniego, quien afirmó: “(el exvicepresidente) Blasco Peñaherrera tuvo la hombría de aceptar la entrevista que le propusimos. Se las planteamos a mucha gente de esa época, a (Jaime) Nebot nos cansamos de llamarlo, sin respuesta”.

Sobre el documental El Panóptico Ciego, de Mateo Herrera, el exguerrillero dijo que “le encantaría verlo, de hecho, se debe ver mi celda”. (I)