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Es el ganador del oso de plata al mejor guión en la berlinale y el premio del jurado ecuménico

Patricio Guzmán usa la geografía chilena como metáfora histórica

Luego de grabar ‘La batalla de Chile’, Patricio Guzmán se exilió algunos años en Cuba, España y Francia. Foto de  static 13
Luego de grabar ‘La batalla de Chile’, Patricio Guzmán se exilió algunos años en Cuba, España y Francia. Foto de static 13
17 de febrero de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

‘La batalla de Chile’, el primer documental de Patricio Guzmán (Chile, 1941) dura 5 horas. No tuvo que planear la reconstrucción de los hechos, trabajó mientras transcurrían, al final del gobierno socialista de Salvador Allende. La transición política de Chile definió la forma que Guzmán ve la realidad y cómo la configura a través de sus documentales.

El primer trabajo de Guzmán fue nominado por la revista Cineaste como “uno de los 10 mejores filmes políticos del mundo”. A Guzmán, su trabajo le costó ser amenazado de fusilamiento y permanecer incomunicado dos semanas en el estadio nacional.

Se exilió en Cuba, España y Francia, pero nunca dejó de documentar la memoria. Para él, un país sin cine documental es como una familia sin álbum de fotografías.

A sus 74 años, su trabajo y su afición cinematográfica por la historia sigue siendo premiado. El sábado 14 de febrero recibió en la Berlinale, uno de los festivales de cine más prestigiosos a nivel internacional, un Oso de Plata al Mejor guión y el galardón independiente concedido por el jurado ecuménico por su trabajo en ‘El botón de nácar’.

En este trabajo Guzmán vuelve a retratar las consecuencias de la dictadura en su país. Cuenta la historia de los desaparecidos, aquellas víctimas durante el gobierno de Augusto Pinochet que fueron lanzados al mar, el lugar donde se atesora la historia de la humanidad.
Guzmán utiliza el océano como metáfora e hilo conductor para denunciar el genocidio colonial y los desaparecidos en la dictadura pinochetista (1973-1990).

“Si comienzo hablando de las desigualdades y de las fosas comunes, el espectador me abandona enseguida; por eso uso el lenguaje metafórico: es más convincente, y no me gusta dar lecciones”, dijo Guzmán tras recibir el Oso de Plata.

Como documentalista de la historia y la agresión de la que ha sido testigo por gobiernos de facto, también reconoció que Chile, al igual que otros países, ha empezado a recuperar la memoria, a pesar de que es un proceso que va a durar más de 100 años.

Se refirió a un movimiento estudiantil magnífico que quiere cambiarlo todo, “igual que Podemos, en España,  igual que en Grecia, no es un movimiento vertebrado”, pero es muestra, a su juicio, de que “en todas partes pasa lo mismo: la gente está cansada y quiere tomar decisiones, incluso aunque esas decisiones sean inorgánicas”, recalcó mostrando su apoyo a estas nuevas corrientes.

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