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El Telégrafo
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El año del Verano que nunca llegó se Muestra en mr. Books del Mall el Jardín, a las 18:30. El miércoles estará en La uArtes

Ospina presenta obra en Quito y Guayaquil

Ospina ganó el premio Rómulo Gallegos en 2008 por la novela El País de la canela, parte de una trilogía sobre los viajes de los conquistadores del Amazonas. Foto cortesía de letroactivos.com
Ospina ganó el premio Rómulo Gallegos en 2008 por la novela El País de la canela, parte de una trilogía sobre los viajes de los conquistadores del Amazonas. Foto cortesía de letroactivos.com
14 de julio de 2015 - 00:00 - Redacción Cultura

Impulsado por sus lecturas y viajes, el escritor colombiano William Ospina (Padua, Tolima, 1954) fue a parar en un nido de esperpentos magníficos. Encontró -en la historia de la Villa Diodati, junto al lago Lemán de Ginebra- la casa en la que nacieron Drácula y el Doctor Frankenstein. Eso ocurrió en 1816, el oscuro “año sin verano”.

La mayor erupción registrada en la historia, la del volcán indonesio Tambora, había ocurrido un año antes provocando desastres naturales y ensombreciendo la Tierra.

En esa época azarosa, Lord Byron, Percy Bysshe Shelley, Mary Godwin (futura Mary Shelley), John William Polidori, Claire Clairmont, la condesa Potocka y Matthew Lewis habían coincidido en Ginebra durante tres días del mes de junio. A la hora de dormir, los escritores asumieron un reto paradójico, que, en tinieblas, les quitaría el miedo de encima: jugaron a escribir el relato más terrorífico que pudieran imaginar. El resultado fue imprevisible, como el clima. Polidori inventó El vampiro, germen del Drácula de Bram Stoker; mientras que Mary Shelley engendró a Frankenstein.

Ospina se basó en esos hechos para escribir su última novela, El Año del Verano que nunca llegó (Penguin Random Haouse, 2015), un relato luminoso sobre lo que se puede crear en épocas oscuras.

El escritor hará un conversatorio sobre la literatura e historia, el arte y la realidad de El Año del Verano que nunca llegó, hoy, a las 17:00, en la Biblioteca de la Flacso. El miércoles, la cita será a las 16:00 en la Universidad de las Artes, con el auspicio de diario EL TELÉGRAFO.

El poeta, ensayista, novelista y traductor está de visita en el país esta semana, para dialogar con sus lectores, y apenas bajar del avión ha insinuado que, si bien “los días oscuros se asocian con el fin del mundo”, esto suele tener un remedio irónico: “leer cuentos de terror alrededor de una chimenea”.

La fascinación de William Ospina por narrar la prolífica ausencia del verano en Villa Diodati lo suman a lo que ha llamado una “legión” de narradores encaminados a explorar una casualidad, cuyo periplo, más allá del tiempo y el espacio será valorado por quienes lean su nueva obra. La novela es una colección de relatos, descripciones e imágenes de los personajes más fantásticos que dio el romanticismo, se trata de un bestiario del que Ospina ha hallado su origen en otra coincidencia: en el siglo XVII, el poeta inglés John Milton creó a lucifer en la misma casa del lago Lemán, donde aparecieron, por primera vez, el vampiro y la criatura de Frankenstein.

Cuenta Ospina que Quito es una de las ciudades de esta novela. Con la mirada fija en las faldas del volcán Guagua Pichincha encontró algunos datos para su obra, hace 3 años, en su última visita. (I)

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