El destacado artista visual Miguel Alvear (Quito, 1964) presentó el jueves pasado, en el Centro de Arte Contemporáneo (CAC), su libro Mecánica Popular. Obras y proyectos/Works & Proyects (1989-2013), un compendio que rescata sus proyectos más representativos a lo largo de 25 años de trayectoria artística.

Según los encargados de la publicación, más que una cronología de su carrera, el libro propone un recorrido por las diferentes etapas de su producción fotográfica y cinematográfica, acompañadas por las reflexiones del mismo artista sobre dos temas inherentes en su obra: la identidad y la alteridad como eje articulador.

Mecánica Popular. Obras y proyectos (editada paralelamente en inglés y español) fue posible gracias al apoyo de la Fundación Museos de la Ciudad, mediante el Programa de promoción e incentivo para la participación de artistas visuales en eventos artísticos del exterior, categoría publicaciones.

La edición está a cargo del escritor y crítico de arte Cristóbal Zapata, e incluye un texto crítico de María Fernanda Cartagena, además de una recopilación de reseñas, entrevistas y algunos textos sobre los proyectos de Alvear, a cargo de autores como Rodolfo Kronfle, Idurre Alonso, Christian León, Galo Alfredo Torres, Lupe Álvarez, María Belén Moncayo, Jorgenrique Adoum, José Luis Corazón Ardura, María del Carmen Carrión, entre otros.

Las obsesiones de Alvear

Del yaguarlocro a los símbolos patrios, de la tecnocumbia a los nativos del Yasuní, de los migrantes judíos a las fiestas populares, el universo de Miguel Alvear gravita en las órbitas de la identidad, la alteridad y, desde luego, el poder, la naturaleza y el mercado.  Todo es válido, parecería decirnos el artista cuyos proyectos —arriesgados, sarcásticos, agudos, irreverentes—, la mayoría de las veces suelen escandalizar a las buenas conciencias. Una de ellas es Mec Pop (2003), una serie de doce fotografías que Alvear propuso para el calendario de la Cooperativa de Transportes Marco Polo, que tenían por tema un cruce entre el universo simbólico de la tecnocumbia –fenómeno musical de consumo popular–, y la visualidad del transporte popular. Las modelos de las fotos fueron conocidas intérpretes del género, y los modelos, choferes de transporte urbano.

“Los títulos los tomé prestados de las leyendas escritas en las cabinas y parachoques de buses y camiones”, explica el autor en uno de los comentarios junto a la serie, entre las que destaca una imagen de la cantante Patty Ray como Virgen plebeya, enfundada en poliéster, sobre el retablo de la capilla del Museo de la Ciudad de Quito.

Otra de sus obras más polémicas es UNO X MIL (2013), un proyecto fotográfico (aún en marcha) que protesta contra la posible explotación del Yasuní, y en la que aparecen personas desnudas, en distintas posiciones y con algún elemento amazónico en escena (lanzas, collares de semillas, corona de plumas o algún instrumento) sobre un fondo totalmente rojo.

Otras series fotográficas incluidas en ‘Mecánica Popular’ son: Señas particulares: Yo soy el otro / Yo soy la otra (2002), Intercambio cultural (2005), Fantasmagoría del Rastro’ (2004) y ‘El Patio de los Pecadores’ (2010); y dentro de los registros cinematográficos: ‘Naufragios, reloaded’ (2010), ‘Crónicas, reloaded’ (2013); ‘Más allá del mall (Por un cine menor)’(2010), ‘Camal’ (1991-2000), ‘Yo soy yo (o la cara que pongo)’ (2002), ‘Ecuador Bajo Tierra’ (2009-2013), entre otros.

VIDEO:

De esta última serie destacan Blak Mama (2009), escrita y dirigida junto a Patricio Andrade y presentada en la Bienal de Venecia en 2013. El filme tiene como punto de partida la procesión de la ‘Mama Negra’, una de las principales fiestas populares y religiosas del Ecuador, pero desarrollada en un escenario de ‘jubilo y delirio’. O como la describió el crítico de cine, Christian León: “Ensoñación, sueño y realidad; pulsiones, carne y espíritu; cultura de élite, popular y masiva se funden y confunden. Lo kitsch y lo sublime, lo celestial y lo terreno, el ritual y el juego parecen disolverse en un solo gesto. Todo pierde sus límites en la fabulación onírica, híbrida y gozosa de los artistas”.

Si bien la descripción se refiere a Blak Mama, esta también explica, en gran medida, el universo del artista; su capacidad de presentarnos siempre algo distinto, a partir de las mismas temáticas. Miguel Alvear no tiene miedo: explora, mete el dedo en la llaga, en el origen híbrido de sí mismo y de este país. No conoce la autocensura, ‘Mecánica Popular’ lo prueba. Alvear explora, reinventa, juega, pero sobre todo, cuestiona, una y otra vez, lo que los ecuatorianos somos, lo que creemos ser.

Datos

Miguel Alvear (Quito, 1964) es artista visual y gestor cultural. Su trabajo como realizador ha sido incluido en varias antologías de cine experimental.

Ha participado en varias exposiciones, entre ellas la 55 Bienal de Venecia (2013), ‘Changing the focus in Latin American photography’ (MOLAA, 2010) y la Bienal de La Habana (2006).

En 2009, junto a Christian León, publicó el libro ‘Ecuador bajo tierra’, y en 2013 -junto a Patricio Andrade- representó a Ecuador en la Bienal de Venecia con su obra Blak Mama’.