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La novela gráfica se basa en un fragmento de Precipicio Portátil para damas

Macías y Kattán 'parieron' una María Angula punk

Viñeta que interpela al lector de María Angula, versión punk. El cómic incluye relatos de humor negro.
Viñeta que interpela al lector de María Angula, versión punk. El cómic incluye relatos de humor negro.
Cortesía: David Kattán Hervas
11 de febrero de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

Delfín Tonato es un diablo quiteño, fantasioso y mágico, salido de una coctelera. El escritor que le dio vida al personaje ficticio de este poeta ebrio es guayaquileño, pero prefiere vivir en la capital: Adolfo Macías Huerta puso en manos del protagonista de su Precipicio portátil para damas (Ramdon House, 2014) una catapulta con la que este mata gorriones, lo dotó de una vehemencia que le hace exhalar saludos nazis ante la policía y experimentar erecciones al imaginar la urdimbre imposible que una a María Angula y a una mujer asesinada en una tesis de licenciatura.

La trama, a la que podría llamársele cinematográfica por la cantidad de imágenes con que está narrada, contiene una versión policíaca, acaso actualizada, del cuento popular sobre la niña fantasma que intenta recuperar sus entrañas. El diseñador gráfico David Kattán Hervas recibió la propuesta de ilustrar el cuento que está incluido en Precipicio portátil... y su publicación se dio después de que ambos autores decidieron hacer un cómic, el que se presentará a las 17:00 del miércoles 17 de febrero. El proyecto ganó los Fondos Concursables que entrega el Ministerio de Cultura y Patrimonio.

El diálogo entre Katán -quien ha ilustrado los libros Delusiones, del poeta Sharvelt Kattán; y Neurografía - Transducciones, junto con Isadora Salas y Chalo Zurita- y Macías Huerta provocó metáforas que acompañan a las ilustraciones, basadas en trabajos pasados del diseñador, quien, para el poeta y narrador Fernando Escobar Páez, tiene una estética caracterizada por la presencia de “lo monstruoso, lúgubre, de un azul sucio, manchado por negros que recuerdan lo grotesco del pintor Francis Bacon, pese a que este empleaba otros contrastes”.

Kattán le contó a este diario que algunas letras de canciones de los géneros rock y death metal le sirvieron a Macías para crear el imaginario gráfico de la María Angula que plasmaron juntos en su “versión punk”. Escobar, por su parte, vio la edición antes de que se imprimiera y evoca un videoclip para describir la obra: “me recuerda a ‘Stinkfist’, de Tool, esa onda tan pesada y aterradora, una que le da un giro al cuento oral de María Angula que ya es gore”.

Adolfo Macías caracterizó el proceso que dio lugar a la novela gráfica: “Lo que hice fue crear un guion en el cual asigné la parte relatada a las viñetas (eligiendo qué imágenes deben ir ahí) de manera que los textos no sean descriptivos y tengan más bien el aire de la letra de una canción de (los) estilo (citados). Y quise que fuera macabramente ingenuo, para mantener el tique de cuento infantil, con una poética adolescente de rechazo total al sistema (por eso lo de ‘versión punk’)”.

“Esta novela (gráfica) puede definirse como una forma de expresionismo que roza con la deformación de la realidad onírica, un surrealismo gore”, divaga Kattán, quien, en fotografía, cita como referentes a David Nebreda y Joel-Peter Witkin. En cuanto a la pintura, lo han influenciado El Bosco, Edvard Munch y Egon Schiele, además de Bacon, a quien Escobar Páez ya identificó en su obra. Dave McKean es el único ilustrador que Kattán se arriesga a enlistar en sus preferencias a la hora de crear imágenes.

La represión sexual, el incesto y la complicidad brutal de una madre sin escrúpulos ya tuvo otro soporte, en octubre de 2014, cuando el actor Pedro Saad hizo una lectura dramatizada del fragmento de Precipicio portátil para damas en la hoy desaparecida sucursal de la librería Libri Mundi, de La Mariscal.

El evento de María Angula, versión punk tendrá al escritor Santiago Vizcaíno al frente. Los 1.000 ejemplares de su edición serán distribuidos de forma gratuita, allí y en conciertos en que las crestas se bamboleen al son de baterías que sirvan de base a letras anarquistas.

El autor ficticio de la Angula punk

La tragedia y humor negro de esta María Angula remozada la inventó un ser ficticio que, como los memorables personajes de novela, se basa en otros personajes irreales pero por demás verosímiles: Schnier, de Opiniones de un payaso (Heinrich Böll); Ignatius Reilly, de La conjura de los necios (John Kennedy Toole); y, Alex de Large, de La naranja mecánica (Anthony Burgess).

Delfín Tonato es un anarquista salvaje cuyo nombre devela su destino fatal. Suele poner al límite la paciencia y buenas maneras de las personas que lo rodean, incluido su psiquiatra, el doctor Meneses, quien frente a la impotencia que sintió al buscarle un diagnóstico tuvo una revelación: «¡El mundo había parido un imposible, algo más raro que un pez marrano o un hombre con branquias: el mundo había parido un poeta sin ternura, un poeta psicopático! Si no escribía poemas, seguramente pondría manos a la obra y degollaría a unas cuantas personas...» si no escribía versos como «Amo mi angustia como el perro que ama su sarna / quiero ver tu cabeza en palito / como una manzana acaramelada...». (I)

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