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El Telégrafo
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La película inauguró la xvi edición de los edoc

Los tiempos se encuentran en el intenso ahora

En 2011, João Moreira Salles leyó todo lo que pudo de 1968 y luego contrató a un investigador visual para que recopilará todas las imágenes del Mayo del 68.
En 2011, João Moreira Salles leyó todo lo que pudo de 1968 y luego contrató a un investigador visual para que recopilará todas las imágenes del Mayo del 68.
Fotograma del No Intenso Agora
15 de mayo de 2017 - 00:00 - Redacción Cultura

El cineasta brasileño João Moreira Salles vivió en Francia hasta que tuvo 6 años, justo cuando ocurría la revuelta de Mayo de 1968. De ese período que transformó, ante todo, el espíritu del siglo XX, él no recordaba nada. Como una forma de recuperar esa memoria, esas imágenes que no vio y que no pudo registrar, Moreira Salles hizo el documental No intenso agora (En el intenso ahora), el cual se construye únicamente de archivos de esa época que fueron filmados en Francia, Checoslovaquia, China y Brasil.  

Sin embargo, hay un antecedente mayor que detonó en la realización de la película. La madre de Moreira Salles hizo un viaje a China en 1966, del cual su hijo sabía muy poco. Ella había viajado en medio de la Revolución Cultural con un grupo de amigos y había filmado y escrito sobre sus experiencias allí. Estos archivos personales fueron hallados durante la investigación del documental Santiago (2007) y cuando Moreira Salles volvió a revisar ese material años después, por 2013, le sorprendió la poética con la que su madre había narrado su estadía en China. También le conmovió lo feliz que ella se veía en las tomas, como si de algua manera estuviera consciente de todo lo que pasaba alrededor suyo durante ese período.

Los maoístas tuvieron una fuerte influencia en la izquierda francesa en la década del 60, y Moreira Salles creyó que, quizás, hubo una relación entre ese viaje de su madre a China y la revuelta del 68. Él creyó que los mundos íntimos de su madre que se reflejaban en sus cálidos gestos, tenían una conexión con ese momento histórico en el cual se intensificaron los afectos y las pasiones por repensar todo.

¿Cómo se hace para sobrevivir a toda esa intensidad? Esta interrogante es la que busca responder abiertamente el documental No intenso agora, el cual está dedicado a la memoria de Eduardo Coutinho y que fue el filme que inauguró la XVI edición del Festival Encuentros del Otro Cine (EDOC). Su última función se realizará este sábado, a las 19:30, en la sala 3 del Incine.

No intenso agora, además del archivo del Mayo del 68 francés, también recoge material del Agosto del 68 en Praga y de lo que ocurrió ese año en Brasil, con la dictadura. Lo que se narra de Praga es un contrapunto con lo que pasa en Francia, pues a diferencia de la alegría que se vivía en las calles parisinas, en Praga había una mayor contención de los cuerpos. Mientras en Francia se había fraguado un movimiento de liberación dentro de un Estado democrático conservador, en Praga hubo un movimiento progresista estancado por una contrarrevolución conservadora. Las historias de Jan Palach y Daniel Cohn-Bendit son las que mejor retratan, en el documental, estos estadios de aquella época.

El proceso de edición de No intenso agora tuvo la participación del reconocido montajista Eduardo Escorel y de la cineasta brasileña Laís Lifschitz, quien estuvo en el acto inaugural de los EDOC. En una entrevista con este diario, Lifschitz, quien habla español con acento argentino pues su padre es de ahí, piensa que la película habla de cuestiones que trastocan a todos: “la intensidad de la vida, lo pasajero del tiempo. La gente se impresiona mucho con las imágenes; miran cómo, al parecer, las cosas se repiten. Cuando empezamos a hacer el filme todavía no pasaba lo que ahora ocurre en Brasil y el mundo, pero para nosotros fue interesante ver esos ciclos de la historia”.

Lifschitz destaca la influencia que tuvo el trabajo de Chris Marker, Harun Farocki y Eduardo Coutinho en No intenso agora. De Marker, dice, tomaron la idea del filme ensayo a través de la narración en primera persona. De Farocki se nutrieron de la observación de las imágenes, sobre todo del trabajo que hace en Videogramas de una revolución. Y de Coutinho, amigo personal de Moreira Salles, destaca lo que él siempre les decía: Hay que darles libertad a las imágenes, no hay que tener miedo de mezclar todo porque se puede encontrar un sentido.  

“João dice que cuando tú filmas las imágenes tienes una conexión natural con ellas, pero en las imágenes de archivo, como no son tuyas, debes dejar que el tiempo construya una intimidad con ellas. Hay que crear una relación que te permita cambiarlas de lugar, como si fuera tu material”, concluye Lifschitz. (I)

Laís Lifschitz. Cineasta brasileña y editora de No intenso agora. Actualmente dirige una serie documental para un canal público de Brasil. Foto: Daniel Molineros / EL TELÉGRAFO

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