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¿Cómo incentivar a los más chicos?

La tecnología es un puente para iniciar la lectura infantil

La librería El Oso Lector, ubicada en el norte de la capital, se especializa en libros-álbumes, útiles a la hora de introducir a los niños al placer de leer. Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo
La librería El Oso Lector, ubicada en el norte de la capital, se especializa en libros-álbumes, útiles a la hora de introducir a los niños al placer de leer. Foto: Fernando Sandoval / El Telégrafo
17 de julio de 2014 - 00:00 - Redacción Cultura

En una época en la que los niños están rodeados de pantallas táctiles e imágenes a todo color, parecería imposible convencerlos de que la lectura es una actividad entretenida. El hecho de que en las escuelas se enfoca a la lectura como una tarea obligatoria crea una resistencia en los más chicos.

Por eso es importante el rol de los padres para inculcar en sus hijos el amor por los libros. Es fundamental que los adultos también sean lectores, y que los niños crezcan con una biblioteca a mano. Carolina Bastidas, una joven librera quiteña, se enamoró de la literatura infantil mientras trabajaba en una reconocida librería de la capital. Realizó un masterado en esa especialidad, en la Universidad Técnica Particular de Loja. Hace 3 meses asumió el reto de abrir la primera tienda especializada en libros infantiles, en Quito.

El Oso Lector, ubicada en el norte de la ciudad, se enfoca en los libros-álbumes. Repletos de ilustraciones coloridas y con un diseño atractivo para los chicos, estos resultan entretenidos incluso para los lectores adultos y podrían ser un punto de partida ideal para motivar a los niños a leer a menudo.

“Es importante que los niños se familiaricen con el libro como objeto desde muy chicos”, asegura Carolina. “Si un niño de 2 años tiene contacto con un libro, se crea un vínculo de amistad. A medida que va creciendo, el libro no es solamente parte de un pénsum o una obligación, es un objeto de afecto”, agrega la librera, que elige personalmente cada uno de los libros que ofrece en El Oso Lector.

Para los niños de 2 a 5 años, Carolina recomienda libros con los que puedan interactuar. Hay de tela o sumergibles en el agua para la hora del baño, y todos ellos apuntan a desarrollar las habilidades sensoriales de los niños, de esta manera los bebés se familiarizan con los libros y más adelante tendrán una mejor predisposición a la lectura.

Para la escritora Juana Neira, presidenta de la Asociación Ecuatoriana de Libro Infantil y Juvenil Girándula -afiliada a la Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY, por sus siglas en inglés)- “la lectura tiene que ser desde el placer y desde el gozo, no tomarlo como una cuestión escolarizada y obligatoria” y el rol de los padres es fundamental para lograr ese objetivo.

La clave es que la lectura se vuelva una actividad familiar a la que se le dedique un poco de tiempo cada día. “Cuando escolarizas la literatura, la pierdes por completo. Se comete un error al pedir a un niño que encuentre la moraleja en un libro porque nunca se enganchará con la historia, ya que tiene que cumplir una tarea”, explica Juana. La tecnología no debe ser vista como enemiga de la lectura.

De hecho, puede convertirse en un puente para que los niños disfruten de los libros. Las tablets y computadoras portátiles permiten la descarga de libros electrónicos, que combinan texto e imagen. De esa manera, las herramientas digitales pueden convertirse en el mejor apoyo para adultos y niños.

Las vacaciones de verano, que se extienden hasta Agosto en la capital, son la excusa perfecta para iniciar a los niños en la lectura.

DATOS

Para los primeros lectores, de 2 a 5 años, son ideales los libros-álbum: “El misterio del colmillo”, de Paola y Gabriel Karolys; “Segundo Acto”, de Marco Chamorro.

Entre los 6 y 8 años empiezan a reconocer palabras y letras y desarrollan la capacidad de leer solos: “Amigo se escribe con H”, de María Fernanda Heredia;“Leyendas del Ecuador”, de Edgar Allan García.

Para los jóvenes lectores, de entre 8 y 12 años, las sagas son una buena opción. Generan identificación con los personajes: “Divergente”, de Verónica Roth; “Hush, Hush” de Becca Fitzpatrick, “Las aventuras de Ulises”, de Geovanni Nucci.

Los niños deben elegir cuáles libros quieren leer de acuerdo a sus intereses. Las temáticas y la complejidad de los textos no dependen solamente de la edad.

Los padres deben reconocer cuál es la capacidad interpretativa de sus hijos y desarrollarla.

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