“La justicia es un tema de todos los días”

Una vez al mes circula con Diario EL TELÉGRAFO una obra de la literatura universal. Trimestralmente, circula la revista Justicia para todos, así como la Gaceta, un documento histórico. El Proyecto Editorial del Consejo de la Judicatura, aunque funciona más de un año, se presentó oficialmente en la FILde Quito.

¿En qué año nace el proyecto y con qué objetivo?

En 2013, Gustavo Jalkh me invitó a trabajar en el Consejo de la Judicatura y una de las cosas que hago es políticas ciudadanas de servicios. Entre esas cosas, se me ocurrió crear una revista, Justicia para todos, porque siempre habíamos pensado que la justicia es un tema de convivencia de todos los días. Mediamos todos los días. Juzgamos todos los días. Tomamos decisiones todos los días. Claro, la justicia, creen algunos, es de buenos y malos, cosa que no es cierto.

Hablamos, dentro del Consejo, de convivencia y ciudadanía.

¿Cómo abordar la justicia a través de estos temas?

e nos ocurrió reunir un grupo de gente para hablar de temas de justicia desde la gente, complementando nosotros esto con la proyección que tiene el Consejo, con Gustavo Jalkh al frente. Empezamos a preguntarnos, con la gente, qué es esto de la justicia. Es ciudadanía, es vecindad, es amor, es escuelas, trabajo, ocio, campo, trabajo, esfuerzo. Es todo. Por ahí empezamos y nos inventamos la revista, y si bien esta contiene temas jurídicos específicos, es un espacio donde la gente te cuenta cómo resuelve sus cosas, qué cosas pasan en los pueblos, cómo resuelven la vida los comerciantes, los pescadores… Fuimos soltando estas ideas y armamos Justicia para todos.

Teníamos el otro elemento, que son los libros. Entramos con cariño y seguridad: Pablo Palacio, con Un hombre muerto a puntapiés.

¿Cómo se vinculan los textos seleccionados a la justicia?

Es una colección de Literatura y Justicia que abarca temas varios. Como el amor, las historias de los seres humanos también están atravesadas por la justicia, pues todos tomamos decisiones.

Iniciamos el proyecto con ganas, pero con escepticismo, no por negar capacidades, sino por no creer que fuera posible. El poeta De Villena, quien recién estuvo aquí, nos decía que en España algo como este proyecto sería como un milagro.

No competimos con nadie. Respetamos a los autores, sus derechos, así como a los prologuistas.

Así nació el proyecto, imaginándolo y peleándolo. Gustavo Jalkh, el presidente del Consejo, tuvo y tiene la voluntad política de hacerlo. Una cosa se juntó a otra y lo hicimos.

¿Continuará el proyecto de los libros?

Sí, claro que sí. El próximo año tenemos cosas muy chéveres. Esperamos salir con una antología de gente joven, porque tampoco hay que pensar que por ser esto Literatura y Justicia, solamente circulan ciertos textos.

Nosotros tendemos a promover cosas. Quienes estamos en este equipo amamos la literatura, amamos la cultura, más allá de nuestro trabajo en la Función Judicial.

El próximo año sacaremos El extranjero de Albert Camus, una selección de Poe, estamos haciendo una antología de mujeres, relatos de familia.

Pero la colección no puede ser eterna. Queremos cerrar la colección con un broche de oro, y abriremos otras dos líneas editoriales.