“La gente irá a ver a Francisco como una figura sagrada”

América Latina vivió un proceso de relativa secularización en amplios períodos del siglo pasado pese a la impronta de la Teología de la Liberación, una tendencia de avanzada, cuya influencia hizo que el catolicismo volteara a ver las prácticas culturales de los creyentes.

El politólogo Alejandro Moreano afirma que el Papa Francisco ha hecho que la Iglesia se vuelva atractiva. “Recuerdo cuando, hace tiempo, tuve relaciones con los grupos de izquierda que estaban surgiendo, los conventos estaban vacíos antes del Concilio Vaticano II (1962-1965), la Conferencia de Medellín (1969) y el establecimiento de la Teología de la Liberación”, dice en una entrevista que este diario publicará en el suplemento CartóNPiedra del domingo 5 de julio.

“Los sectores progresistas podrían discutir con el Papa el asunto de la diversidad sexual, por ejemplo, sin duda lo harían mejor que el Gobierno. Pero la oposición no lo haría, (Jaime) Nebot no va a discutir sobre eso, incluso debe estar de acuerdo con las posiciones conservadoras frente al tema”, vaticina Moreano. Y añade: “El Gobierno mantendrá prudencia respecto a temas como el de Plan Familia (educación sexual), por ejemplo, porque le ha traído muchos problemas.

Como expectativa, el ensayista detalló: “Creo que -en su visita, el Papa- se cuidará mucho de no aparecer interviniendo en cuestiones políticas. Parece que su mensaje será sobre la evangelización, uno más abstracto, más general que los actuales en el país, uno que evade cualquier concreción política”.

En cuanto a las confrontaciones, dice, “creo que habrá una atenuación pese a que las convocatorias siguieron a pocos días de su visita (la noche del jueves, incluso). Lo peor sería que salgan en manifestación, con banderas negras o verdes, durante su visita, eso sería lo más absurdo. Están muy agudizados los ánimos”. Pasadas ya 3 décadas de la llegada de Juan Pablo II al país, el también novelista aún se muestra sorprendido de que “un papa tan avanzado como él haya venido mientras gobernaba León Febres Cordero, quien aprovechó para estar a su lado y hasta comulgar”.

Sin estar cerca de los sectores populares -más que en el discurso- ni del entramado social que los llevó a apropiarse de los sentidos religiosos, el gobierno socialcristiano le dio un uso político a la visita papal, “algo que molestó a mucha gente -según Moreano-: Se preguntaban si Febres Cordero confesó sus crímenes, porque si lo hizo, hubiera sido sujeto de excomunión”, ríe. (I)