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Los reconocidos Stephen Ferry y Mike Davis fueron parte del jurado

La fotografía es una herramienta para cambiar el mundo

Foto que forma parte de la serie “Mejor no hablar de los niños suicidas”, de Paúl Navarrete, ganador del certamen de este año. Foto: Cortesía Paúl Navarrete
Foto que forma parte de la serie “Mejor no hablar de los niños suicidas”, de Paúl Navarrete, ganador del certamen de este año. Foto: Cortesía Paúl Navarrete
26 de abril de 2014 - 00:00 - Redacción Cultura

“Es cierto que es ingenuo ilusionarse mucho con poder cambiar las cosas a partir de una fotografía. Pero al final del día, no importa si esa imagen impacta a mucha gente. Hace falta que afecte a una sola persona con capacidad de decisión que se entere y haga algo al respecto”.

El fotoperiodista estadounidense Stephen Ferry habla con total convicción. Se define a sí mismo como “fotógrafo de no ficción” y desde hace diez años vive en Colombia, documentando muy de cerca la violencia que sacude al país vecino desde hace décadas. Ferry visitó Quito para formar parte del jurado del concurso Fotoperiodismo por la Paz Juan Antonio Serrano, creado en homenaje al joven fotógrafo cuencano asesinado en septiembre de 2012.

Los organizadores del concurso que la familia Serrano prevé continuar desarrollando bajo la tutela de Francois ‘Coco’ Lasso, están convencidos del poder de la fotografía como herramienta para cambiar el mundo y proponen fomentar la construcción de una cultura de paz, a través del ejercicio ético del fotoperiodismo.

El día previo a la ceremonia de premiación (lunes 21 de abril) se celebró el conversatorio ‘Fotoperiodismo: Edición y Censura’ en el que Ferry contó su experiencia junto a su compañero de jurado, Mike Davis, un editor de fotografía de más de 20 años de trayectoria que ha estado a cargo de la edición fotográfica en lugares tan variados como la revista National Geographic, la Casa Blanca y el diario estadounidense Albuquerque Tribune.

Davis, al igual que Ferry, cree firmemente que el fotoperiodismo puede cambiar la vida de las personas -no solamente aquellas retratadas, también la de quienes miran. “Es ingenuo pensar que la fotografía puede generar un cambio por sí misma. Se requieren otros esfuerzos, muchísima concentración y sobre todo tener la intención del fotógrafo de crear las condiciones para que se den esos cambios”, sostiene. Cuando el fotógrafo se compromete con el tema en el que se involucra, los resultados pueden ser muy poderosos, según Davis.

Desde el inicio de su carrera, Ferry ha enfocado su trabajo en conflictos y derechos humanos, documentando momentos históricos como la caída del comunismo en Europa del Este, los conflictos islámicos en África del Norte y la caída de las Torres Gemelas en 2001. Al recordar por qué tomó ese camino dentro del extenso campo de la fotografía, se remite a su infancia en medio de la guerra de Vietnam.

“De niño aprendí de esa guerra a través de las fotografías en revistas como Life y Time. Estuvo muy presente en mí porque mis padres estaban en contra de esta. Vi la forma en que ciertas imágenes afectaban a la opinión pública”, cuenta.

En 2012, Ferry publicó el libro Violentología, que recoge su trabajo en Colombia durante los últimos años con un enfoque en la resistencia civil a la extrema violencia.

En su segunda edición, el concurso Fotoperiodismo por la Paz Juan Antonio Serrano recibió 71 postulaciones, tres veces más que el año pasado, y se dividió en dos categorías: profesionales (con un premio de $5.000) y estudiantes (premiado con $1.000).

El jurado se reunió en Quito y deliberó por varios días antes de tomar una decisión. El premio de la primera categoría recayó en el fotógrafo Paúl Navarrete, con una serie de fotografías realizadas en la parroquia de Chunchi llamada ‘Mejor no hablar de los niños suicidas’.

En ese cantón, ubicado en la provincia de Chimborazo, habitan niños y jóvenes cuyos padres migraron fuera del país y quedaron a cargo de sus abuelos, tíos o hermanos. El sentimiento de abandono los impulsa a quitarse la vida. Fue allí que Navarrete enfocó su lente.

“Todavía hay cosas que como país debemos sanar y aceptar porque detrás de todas las remesas que nos trajeron los emigrantes están familias destruidas, casas abandonadas, gente endeudada, desaparecidos, adolescentes embarazadas y, en este caso específico de los niños de Chunchi, mucha soledad e incomprensión”, explicó Navarrete, cuya madre también debió irse del país en busca de mejor fortuna.

El ganador ha trabajado en varios medios de comunicación del país, entre ellos EL TELÉGRAFO.

En la categoría estudiantes, el proyecto ganador fue ‘Viajantes’, de Esperanza Maldonado. En la serie, la estudiante de cine de la Universidad San Francisco retrató lo que ocurre en un taxi, la relación entre los pasajeros y el conductor.

“Si abordamos un taxi confiamos en que quien conduzca nos lleve a nuestro destino, y en esa confianza, en ese micromundo, que es el instante vivido en el taxi, nos interrelacionamos y compartimos fugazmente lo que somos y nos hace”, sostuvo la joven fotógrafa.

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