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"Hubiera querido ser pintor, pero soy torpe con las manos"

"Hubiera querido ser pintor, pero soy torpe con las manos"
25 de octubre de 2011 - 00:00

El escritor colombiano Tomás González estuvo de visita por Guayaquil para dar a conocer su última obra, pero también para participar del I Encuentro Internacional de Narrativa, junto con Miguel Antonio Chávez y María Leonor Baquerizo.

Aunque le preocupaba lo difícil del tema del panel inmerso en la Feria Internacional del Libro, Guayaquil 2011, La novela: forma artística e ideológica, se dio un tiempo para sentarse y reflexionar sobre su narrativa y las condiciones en las que crea a sus personajes y sus historias, el domingo entre el ajetreo de la feria.

¿Por qué considera que su obra La luz difícil va por su tercera edición en menos de un mes?
Es difícil de saber, un autor termina los libros, se publican y uno nunca sabe qué va a pasar. No sabría yo decirles.

¿Cuánto tiempo invirtió en crear la historia de La luz difícil?
La idea principal la llevaba trabajando en el subconsciente durante muchos años, por ello pude escribirla y terminarla de forma   rápida, 8 meses tal vez.

¿En qué momento aparecen los personajes como Jacobo, Sara, los demás muchachos?
Tienen bastante de autobiográficos. Sara sale de Dora, mi esposa, en gran parte no completamente; lo mismo los muchachos -Jacobo, Pablo y Arturo- son versiones de mi hijo Lucas,   desde diversos ángulos.

¿Por qué derivó en el factor humano de que Jacobo al quedar parapléjico buscaba morir de forma asistida?
La idea original que había tenido era poner a una persona al  límite de su vida, muy anciano, con un panorama de lo que ha vivido, desde ahí, desde los 78 años; era la idea original. Cuando encontré el tema de la muerte del hijo, pensé que era ideal que la historia fuera esa, porque entonces le permite al personaje tener una visión panorámica de lo que es el dolor y su superación, entonces le da una perspectiva mucho más profunda a la vejez. Desde la vejez él logra   recobrarse de ese dolor tan intenso.

Su personaje principal, David, ¿por qué debía ser pintor?
Siempre quise, hubiera querido ser pintor. Se me ocurren ideas, veo las pinturas cuando ando por ahí, lo que pasa es que soy muy torpe con las manos, no tengo habilidad manual. Entonces, aquí pude sacarme el clavo con eso, hice realidad algo que siempre había querido hacer.

¿Sus estudios en filosofía marcan de alguna forma la historia que presenta en La luz difícil?
Tal vez desde la primera novela que escribí, que fue Primero estaba el mar, trato de darles a todas las historias una dimensión más filosófica o metafísica, o mística: ponerlo en la perspectiva más amplia del ser humano, metafísica porque mantiene esa inquietud de por qué está aquí.

¿Solo escribe narrativa?
Siempre he escrito poesía. Tengo un libro de poemas y creo que solo voy a escribir uno, porque cada que aparece un poema lo incluyo en el mismo libro. Entonces es un texto que voy a seguir trabajando toda la vida y para mí es muy importante, porque me permite mantener o tratar de mantener ese tono poético en la prosa, no perderlo.

¿Cómo se dio su venida a Guayaquil para la feria del libro?
Recibí una invitación a la feria y coincidió con la reciente salida de La luz difícil. Coincidieron las cosas.

¿Ya alista otra novela?
Estoy trabajando en ella. Haciendo la primera tanda de correcciones, ya tengo el material inicial.

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