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El actor ya había trabajado anteriormente con el mismo director, en valley of love

Gérard Depardieu y su búsqueda existencial

Gérard Depardieu y su búsqueda existencial
16 de febrero de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura y agencias

Perdido en un bosque o en las rutas francesas del vino, el ‘monstruo sagrado’ del cine francés, Gérard Depardieu, es protagonista de 2 filmes presentados en la Berlinale, encarnando a personajes que buscan desentrañar el sentido de la vida.

En The End, de Guillaume Nicloux, presentado en una de las secciones paralelas del festival, Depardieu, que llegó a Berlín el domingo pasado para presentar su película, interpreta a un hombre que sale a cazar con su perro y se pierde en el bosque. Prácticamente omnipresente en la pantalla durante casi una hora y media, Depardieu se desplaza y escala las rocas con dificultad, resopla y transpira.

Pierde a su perro y su fusil, antes de tener extraños encuentros, en un calvario puntuado por momentos de soliloquio en los que pide socorro en vano. “El rodaje fue muy rápido. Había engordado muchísimo. Y, sobre todo, lo que era muy sorprendente para mí, correspondió a una época en que yo era como mi cuerpo, es decir que no había nada en mi cabeza”, contó el actor al público del festival.

Con la intriga minimalista de su periplo errante, que explora las cuestiones de la soledad, la violencia o la culpabilidad, el actor de 67 años, que se define como “un viajero del mundo” -“ya no sé ni donde vivo”, admite-, toma con su presencia el control completo de la pantalla. Se trata de su segunda colaboración en apenas unos meses con Nicloux (El secuestro de Michel Houellebecq), tras Valley of Love, junto a Isabelle Huppert.

Al igual que en Valley of Love, la ficción y la realidad se superponen en The End. Según Guillaume Nicloux, que se propone “explorar regiones entre el documental y la ficción, esta película en forma de metáfora es una búsqueda existencial que responde, además, a todo lo que se proyecta sobre la figura de este peculiar actor. “Teníamos ganas de volver a rodar juntos”, explicó el director, que ve en Depardieu a “un niño y un ogro” a la vez.

Celebrado por su actuación instintiva, su capacidad inagotable de trabajo o incluso sus famosos excesos y desplantes, Depardieu también es protagonista de otro filme presentado fuera de competencia en la Berlinale: Saint-Amour, road-movie de Gustave Kervern y Benoît Delépine.

En este filme, que mezcla humor y emoción, Depardieu encarna a Jean, un agricultor que decide repentinamente llevarse a su hijo Bruno (Benoît Poelvoorde) a recorrer la ruta de los vinos para lograr un acercamiento con él. (I)

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