El escritor mexicano Juan Villoro escribía en una de sus publicaciones que “elegir un equipo es una forma de decidir cómo transcurren los domingos, esas tardes vacías que se llenan con los partidos radiados y que ayudan a convertir cada campeonato en una suma de afectos”. Y añade: ¿Vale la pena razonar un gusto que escapa a toda explicación?   

Que toda actividad humana es susceptible de ser vista bajo el prisma del arte decía hace unos meses en una entrevista con este diario el escritor ibarreño radicado en Francia, Huilo Ruales. Al decirlo se refería también al fútbol, esa actividad que irrumpe cotidianamente la emoción de sus seguidores. Un ejercicio con el que una hinchada se siente representada y que de alguna manera hilvana una forma de vida.

Ese efecto del juego sobre lo cotidiano, sobre la personalidad y la cultura es parte del trabajo del escritor Galo Mora Witt, quien el jueves 5 de junio presentó ‘Un pájaro redondo para jugar’.

El escritor hace un ejercicio sobre la memoria y mira el deporte desde el prisma del arte.    

En los años 80 se dijo mucho que el fútbol era el opio del pueblo, pero había una literatura pendiente.En el libro, publicado por la editorial Eskeletra, su autor hace un trabajo sobre la memoria. “No es un libro de fútbol, es un libro sobre la memoria y la vida”, comentó Mora sobre su trabajo.  

Además el escritor Huilo Ruales presentó la obra literaria recalcando el enfoque de la narración desde nuevas formas de aproximarse a este deporte de interés masivo.

Por su parte, el presidente de la Casa de la Cultura, Raúl Pérez Torres,  comentó sobre la publicación que “es un coraza de tiempo y de memoria, es aquella cobija remendada que nos ponía la abuela para cuidarnos de frío. Es la red multicolor que metería mi hermana para guardar ese tesoro, esa caja de pandora, ese cofre del pirata”.

Además Mora comentó que también “es un homenaje a la melancolía, a la memoria, a los recreos y en ese sentido creo que empata muchísimo con la memoria de los escritores universales como Alberti, Nabokov y Camus, quienes estaban profundamente ligados a estas experiencias”.

Su autor recalca que además es una respuesta ante la acordada designación del fútbol como “el opio del pueblo”, pero que como tal tenía una literatura pendiente hacia esta naturaleza en el Ecuador. “Si vemos que la final del mundial la van a ver cuatro mil millones de personas, tenemos que pensar desde la intelectualidad también que algo sucede y no es ajeno al ser humano”, expresó Mora.