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Del 12 al 16 de abril se llevaron a cabo las jornadas cervantinas en la utpl

En Cervantes está el origen de lo que somos como sociedad

El penúltimo día de las jornadas, la Alcaldía de Loja entregó reconocimientos a los participantes del encuentro.
El penúltimo día de las jornadas, la Alcaldía de Loja entregó reconocimientos a los participantes del encuentro.
Cortesía UTPL
20 de abril de 2016 - 00:00 - Redacción Cultura

En un auditorio semivacío de Loja, los estudiantes, sentados de atrás hacia adelante, dejaban una fila libre de sillas rojas. Creaban una línea imaginaria que los distanciaba de los académicos que, en cambio, ocupaban los primeros puestos.

Los estudiosos de la obra fundacional de la novela moderna, Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra, preferían estar cerca de sus colegas, que uno a uno exponían sus propias lecturas, luego de 400 años de la muerte de su autor. Para los estudiantes, que en muchos casos cursaban carreras de especialización técnica, Cervantes y su Don Quijote parecían ser una figura distante.

Esta era la primera vez que directores de la Academia de la Lengua Española de Perú, Colombia, Ecuador y Uruguay, junto a docentes expertos en Cervantes de todo el país, e incluso el director de las 23 academias de la lengua castellana, Darío Villanueva, se reunían por un tema lúdico: Comunicar a Cervantes.

Durante una semana, del martes 12 al sábado 16 de abril, la Universidad Técnica Particular de Loja (UTPL) y la Academia Ecuatoriana de la Lengua (AEL) lograron concretar las Jornadas Cervantinas a través de una consolidación de esfuerzos que en sus inicios -según dijo Susana Cordero, la directora de la AEL- fue solo una idea de soñadores. “¿Por qué es importante leer a Cervantes hoy?” fue una de las preguntas que motivaron los diálogos alrededor de los personajes de Don Quijote, sus reflejos en la cultura literaria contemporánea o la incógnita vigente sobre el Cervantes de Avellaneda desde la visión de los participantes, lectores que vuelven una y otra vez a la obra que recorre las aventuras del hidalgo en La Mancha.

A pesar de la distancia que parecía guardar la mayoría del público asistente, en cada entremés, aficionados -en una simulación también quijotesca- alzaban su voz para leer poemas que reconstruían las escenas de las aventuras del Quijote.

En algunas de los conferencias los estudiantes se aventuraban a plantear hipótesis y al finalizar presentaciones como La ruta de Don Quijote en Ecuador, libro de Franklin Cepeda, los asistentes buscaban dónde seguir leyendo sobre el prototipo de amigos que creó Cervantes.

Para Juan Carlos Vergara, director de la Academia de la Lengua de Colombia, la respuesta a ¿por qué leer el Quijote hoy? se entreteje entre el ícono que representa para el idioma y la literatura de la lengua castellana y la necesidad de detenerse en la era contemporánea. “Si una persona pasa la vista desde la primera página del Quijote y logra pasar la vista hasta la última, aun en un ideal de que no entendió nada, al menos logró parar. Por algunas horas dejó de correr mentalmente. Las enfermedades que ahora tratan los médicos son de velocidad. Que una persona pueda parar en una artesanía, ver el atardecer y valorarlo ya es algo valioso. Uno de los problemas actuales de Latinoamérica es que entramos en una carrera desaforada que nos resta vida”, dijo Vergara.

Tras la investidura con el Doctorado Honoris Causa de la UTPL, Darío Villanueva, director de la Real Academia de la Lengua Española (RAE), puso énfasis en distintos aspectos sobre el papel de las universidades actualmente y cómo es necesario volver a la lectura.

Uno de los papeles que destacó Villanueva sobre las universidades es, en concordancia con el filósofo José Ortega y Gasset, la transmisión de conocimiento y la creación de cultura. Añadió al listado la transformación del conocimiento en riqueza para el conjunto de la sociedad. “Vivimos en la sociedad del conocimiento y las universidades somos auténticas factorías del conocimiento, por lo tanto, no podemos quedarnos al margen de esa transferencia. Nuestra investigación puede aportar a la producción de riqueza social”.

Lo que el director de la RAE no concibe es que esta cuarta función acabe con la difusión de la cultura, como elemento fundamental en la conformación de las carreras universitarias para crear personas, indistintamente de su carrera, conscientes, ciudadanos críticos y responsables de su entorno social. En concordancia con ello ajustó su discurso a la necesidad de regresar a la lectura más operativa y minuciosa.

“Toda obra literaria, por muy extensa y minuciosa que sea, puede parecer un esquema que tiene que ser rellenado por la imaginación, por la inteligencia, por la perspicacia de los lectores. Somos operadores de la obra que leemos. El estudio del texto literario en sí significa un estudio del fenómeno lingüístico”, dijo Villanueva.

Al criticar corrientes de estudios literarios que asumen la obra como un eco de vacíos que cada lector interpreta por su cuenta, expresó sobre los cuartos centenarios de muerte de Shakespeare y Cervantes: “¿Quién puede negar que en estos dos escritores está la referencia de lo que somos, de lo que hemos sido y de lo que podemos ser?”. Con sus palabras, Villanueva apuntó una reflexión más sobre razones para leer el Quijote, en el cierre del encuentro. (I)

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