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El museo Camilo Egas abre sus puertas con un nuevo rostro

“Las Floristas” (1916) es una de las obras más representativas del pintor, quien siempre exploró el mundo indígena desde la dignidad. FOTO: ANDRES DARQUEA
“Las Floristas” (1916) es una de las obras más representativas del pintor, quien siempre exploró el mundo indígena desde la dignidad. FOTO: ANDRES DARQUEA
18 de marzo de 2014 - 00:00 - Redacción Cultura

Si algo caracteriza a la mayoría de museos de Quito es, precisamente, sus edificios. Techos de teja, muros de adobe, patios centrales, puertas de madera que datan de muchos siglos los convierten en reliquias, y el museo Camilo Egas no es la excepción. En la subida de la calle Esmeraldas ya se puede observar sobre una pared un letrero que data de inicios del siglo XVIII.

Pero han sido varias las etapas que ha tenido este museo.

En 1980 fue creado por el Banco Central del Ecuador con el fin de salvaguardar y difundir la obra de uno de los artistas más importantes del siglo XX: Camilo Egas (Quito, 1889 - Nueva York, 1962), considerado precursor del indigenismo en el país, y referente de un sinnúmero de artistas, entre ellos Oswaldo Guayasamín y Eduardo Kingman.

El museo fue reinaugurado en el 2003, y en 2010 pasó a ser parte de la Red de Museos Nacionales del Ministerio de Cultura y Patrimonio. Fue a través de la Subsecretaría de Memoria Social que se definió la renovación museológica y museográfica, con lo que se llevaron a cabo algunos cambios significativos.

Las Edades de Egas
Actualmente el espacio consta de 4 salas y un patio central que sirve para realizar talleres o charlas.

Fabián Paocarina, actual curador del museo Camilo Egas, explica que si bien en términos de infraestructura no hubo mayores cambios, en términos de orden cronológico sí.

“Antes de la reapertura, si bien las obras mostraban la trayectoria del pintor, estas no tenían un orden cronológico, lo que no dejaba clara su evolución artística. Había un salto y una mezcla de estilos, sin especificar claramente los años de producción creativa. Ahora sí los hay”.

Paocarina considera que este cambio fue fundamental, puesto que cada sala presenta al público una etapa específica de creación.

En la actualidad, la muestra permanente está organizada bajo el concepto de Las Edades de Egas, donde sus etapas de vida y de producción creativa se establecen de forma ordenada.

La primera sala es denominada ‘emblemática’ y da la bienvenida al público con la primera etapa de su carrera, mostrando una de sus obras más representativas: Las Floristas (1916), donde se aprecia su composición y visión temática claramente definida: el mundo indígena.

“Lo interesante es que en todas sus exploraciones de carácter indigenista, siempre supo reflejar la dignidad”, explica el curador.

Otras de las obras en esta sala son Procesión (1922) y Autorretrato (1946.).

En la Sala 2 se encuentra una muestra de la etapa indigenista más amplia, pero también su trabajo frente a la figura humana y sus primeras exploraciones del abstracto, como muestra de esa permanente exploración. Obras como Las Viudas (1957) son un claro ejemplo de ello.

En la Sala 3, ubicada en el segundo piso, se encuentra la etapa Expresionista y Surrealista, donde se exhiben cuadros que el pintor realizó durante su estadía en Nueva York como profesor del New School for Social Research. Bocetos en carboncillo, desnudos y algunas obras reflejan su preocupación social.

“Recordemos que en esta época se dio la Gran Depresión en Estados Unidos, y el artista no fue indiferente a este momento en que miles de ciudadanos quedaron afectados y en la miseria”, dice el guía.

En la Sala 4 la etapa Abstraccionista, con la cual concluye la obra Horas tempranas (1961), un año antes de su fallecimiento, denota su evolución, influenciada por una enfermedad incurable que acabaría con su vida en 1962.

Pero además de estas salas, existe un espacio para proyecciones de videos sobre la vida y obra del pintor.

“Tanto esta sala como el patio están abiertos a las propuestas del público. Nos interesa que la comunidad se apropie, es eso lo que le da sentido”, comenta el curador.

Datos

Además del indigenismo, Egas exploró el expresionismo en la década del 30; el surrealismo en la del 40 y principios del 50. Luego retomó el tema indigenista, pero desde el cubismo, terminando su carrera con las posibilidades del abstracto.

Algunas de sus obras más emblemáticas son “Las Floristas”, “Indio Manuel”, “Trabajadores sin hogar”, “Horas tempranas”, “Las Viudas”.

El museo Camilo Egas está ubicado en la calle Venezuela N9-02 y Esmeraldas.

El horario esde martes a sábado, de 9:00 a 17:00; y la entrada es gratuita.

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