Perteneció a la ‘generación del 45’ con benedetti
El escritor Carlos Maggi deja un vacío cultural en Uruguay
El féretro con el cuerpo del escritor uruguayo Carlos Maggi, fallecido el pasado viernes a los 92 años y considerado un referente cultural de su país, fue trasladado ayer al Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo de Montevideo, Uruguay, donde fue velado y recibió honores fúnebres por parte del Estado.
Familiares, amigos, personalidades políticas y una delegación del Gobierno uruguayo, encabezada por su ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, estuvieron presentes en el velatorio público.
El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, envió una carta a familiares y amigos de Maggi, en la que destaca su valor como intelectual. “Fue un ser excepcionalmente pródigo en su sabiduría de vida”, reconoció Vázquez, y señaló: “Sentimos que Uruguay está perdiendo a otro de sus hijos”.
El representante cultural de la Asociación General de Autores Uruguayos (Agadu), Ignacio Suárez, calificó a Maggi como “un símbolo de Uruguay”.
“Era un analista de la realidad, un hombre de opinión. Era de una generación crítica con la sociedad.”, aseveró.
Carlos Maggi fue un abogado, dramaturgo, ensayista y comunicador que nació en Montevideo en 1922.
Fue autor de una prolífica obra que abarcó el ensayo, la dramaturgia, la novela y las columnas de opinión.
Era considerado uno de los últimos representantes vivos de la llamada ‘Generación del 45’ en Uruguay, a la que pertenecieron Juan Carlos Onetti, Mario Benedetti, Ida Vitale e Idea Vilariño.
Ejerció la función pública, como directivo del Servicio de Difusión, Radiotelevisión y Espectáculos (Sodre), y canal 5 en Uruguay. Varias de sus obras de teatro fueron premiadas: ‘La Trastienda’ (1958), ‘La Biblioteca’ (1959), ‘La noche de los ángeles inciertos’ (1960), ‘El patio de la torcaza’ (1967), ‘Frutos’ (1985) y ‘Un cuervo en la madrugada’ (1989). No era optimista respecto a la cultura uruguaya actual. (I)
