El día que los mimos hablaron

La Familia Pérez & Mimo, la más representativa de las obras de la agrupación teatral La Buena Compañía acumula un total de 100 montajes tras haber empezado a fines del año 2009. La obra recrea los trabajos que realizan los integrantes de una familia cuyo circo se ha quedado sin artistas.

Paulina Rodríguez, Belén Buendía, Fernanda Buendía y Laly Moreno, integrantes del grupo, comparten la opinión de que ha sido bueno llevar la obra a escena tantas veces, pues no hay otro modo para que el actor y el mimo puedan sentir y vivir al personaje.

Hace un par de años, José Vacas, director de La Buena Compañía, se retiró de la vida escénica, pero los miembros de la agrupación no lo olvidan. Al contrario, le agradecerán por siempre el haber recibido en su escuela las técnicas, disciplina y tenacidad que necesitan los mimos para desarrollar su oficio y mantener la agrupación.

Pero no es la nostalgia, sino la alegría, el sentimiento que las mueve, porque consideran que la obra ha “pegado”. De hecho, se han percatado de que algunos niños han visto varias veces la obra, incluso en alguna ocasión, antes de presentarse, escucharon que un niño le decía a otro: “esta obra es full buena, te va a encantar”.

La Familia Pérez & Mimo fue pensada como una obra para niños y terminó gustando a los adultos. Inicialmente la anunciaban solo como obra infantil, pero al poco tiempo se dieron cuenta de que era una obra que congregaba a toda la familia, incluso los niños explican a sus padres algunas partes de la obra.

Otra de las cosas que ha gustado a los miembros del elenco es ver, entre el público que asiste a sus presentaciones, a muchas personas de la tercera edad.

La obra ha estado en salas de teatro, calles y plazas de las provincias de Azuay, Cañar, El Oro, Imbabura, Manabí, Pichincha, Santo Domingo de los Tsáchilas y Tungurahua. Y en el extranjero en las ciudades chilenas Santiago y La Serena. “Nos presentamos hasta en una iglesia, ¡imagínate!”, dice una de las integrantes, rompiendo el silencio que caracteriza a los mimos.

La Buena Compañía dispone de una sala de teatro en la Casa de la Cultura, en la que también funciona la escuela de mimo, dirigida por Luis Cáceres, pero en la que no se representan obras.  

Y que la presencia, en nuestro medio, de esta manifestación del teatro, ha dejado de asociarse con el comediante que se vestía de negro y se pintaba la cara de blanco para imitar los movimientos de los transeúntes desprevenidos en las calles, por el contrario ha empezado a considerarse una expresión cada vez más elaborada sobre la cual, incluso, se han publicado libros como ‘Ensayos sobre mimo y teatro’, perteneciente, precisamente a Luis Cáceres, director de la agrupación que integra la Red Latinoamericana de Mimos.   

Pero el trabajo de La Buena Compañía no se agota, ni mucho menos, en La Familia Pérez & Mimo. Todo lo contrario. En 2011 la agrupación estrenó Escenas extremas en mimo y pantomima, trabajo para jóvenes y adultos que ha estado en Azuay, Guayas, Imbabura, Pichincha y Tungurahua y que recrea, con una dosis de humor negro, milagros, asaltos y otros hechos de la vida cotidiana de los pueblos.

En 2013 el grupo estrenó Mimos de José Vacas, homenaje en silencio al maestro, que incluyó la interpretación de varios de los números de mimo que Vacas creó a lo largo de su vida artística.

La obra se ha presentado en 2 festivales internacionales de mimo y pantomima: ‘La Alegría del Silencio’, en Quito, y en ‘V Evento de Pantomima Internacional Teatro del Cuerpo Fusión’ en La Habana, Cuba.

Este homenaje estará en la sala de artes escénicas El Triciclo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, desde el 15 de mayo hasta el 1 de junio, de jueves a sábado, a las 20:00, y los domingos, a las 18:00.

En un medio, como el nuestro, caracterizado por lo efímero de las producciones artísticas y culturales, La Familia Pérez & Mimo ha logrado mantenerse en escena, según sus integrantes, con un poco de suerte y gracias a la constancia y perseverancia de todo el equipo, las renovaciones que aplicó el nuevo director, la música original de José Manuel Ortiz y Javier Gangotena y, sobre todo, la acogida del público.

Con la presentación de la obra, este sábado y domingo en la sala El Triciclo de la Casa de la Cultura Ecuatoriana, se cerrará un capítulo, pero no la historia de la obra.