Fueron poco más de 12 horas de música interpretadas por 11 bandas nacionales (Radio Invasor, Les Petit Bâstards, Paola Navarrete, Jodamassa, Sexores, 3Vol, Jazz The Roots, Mamá Soy Demente, Rocola Bacalao, La Máquina Camaleón y Guardarraya) y 4 internacionales (Vectores y Astro, de Chile; los argentinos Onda Vaga y Cuarteto de Nos (Uruguay) que requirieron 4 días para levantar los escenarios (Las Flores y Las Abejas) colocados en 2 carpas de circo; meses de preparación del evento y miles de horas de trabajo humano de los músicos y técnicos para presentar la cuarta edición del festival El Carpazo 2016, organizado por Fundación Música Joven y píopío.

La quinta San Luis de Lumbisí albergó a unas 3 mil personas —según datos preliminares de los organizadores— desde las 14:00 hasta pasada la medianoche. Este año, el festival, a través de charlas, rindió homenaje a las abejas y su importancia para la vida por su rol de polinizadoras; el festival también fue un espacio “para mandar buena onda a los damnificados por el terremoto” y captar donaciones. La organización anunció que donaría $ 1 de cada boleto vendido a las fundaciones sociales que ayudan en la reconstrucción de la Costa ecuatoriana tras el terremoto del pasado 16 de abril.

También, en la denominada Carpa Verde, estuvieron presentes organizaciones apícolas; hubo stands de comida y de arte y diseño independientes, y se contó con un espacio para los niños. Mientras esperaban, los asistentes podían apostarse sobre unos montículos de paja o subir a una rueda moscovita, desde cuyas alturas se apreciaba todo lo que ocurría en el festival.

Varias generaciones de seguidores de la música independiente, especialmente de la escena local ecuatoriana, se reunieron para celebrar la música, cantar a voz en cuello, bailar y hacer conciencia sobre la necesidad de preservar la vida. El Cuarteto de Nos fue la banda encargada de cerrar el festival. (I)