Del silencio como personaje del cine

Silencio en la tierra de los sueños es el segundo largometraje de Tito Molina, director manabita. Ha representado al Ecuador en varios festivales internacionales; en el de Guadalajara recibió una mención de honor. En la actualidad está entre los candidatos para formar parte de los nominados al Oscar y a los Premios Goya.

Aquí se teje una historia sencilla y, por eso mismo, conmovedora y que conforma un cuadro de una belleza singular: una anciana vive sola, realiza su vida cotidiana (sin estridencias ni heroísmos) en soledad y silencio, hasta que en las noches se sumerge en un sueño donde reina un mutismo reposado. Un día, un perro callejero llega hasta la puerta de la anciana. No, no sucede nada extraordinario, no hay muertes ni desmanes, solo se encuentran dos seres. La mujer no llega nunca a hablar con el perro, solo lo acaricia, un poco brusca, pueril, y quizá su sonrisa luce un poco más ancha que lo habitual. Para acariciar no es necesario el lenguaje de las palabras, sino la voluntad del silencio y la compañía.

Silencio en la tierra de los sueños estará en exhibición los próximos días en el Festival de la Orquídea, en la ciudad de Cuenca.