Chile tiene su primer Oscar por un cortometraje sobre el exilio

Con especial atención siguieron la noche del domingo los chilenos, latinoamericanos en general, la entrega de los premios Oscar. En una suerte de lucha entre David y Goliat, por primera vez una producción chilena se llevó uno de los galardones más importantes de la noche. Se trata de Historia de un Oso, que obtuvo la estatuilla a Mejor corto animado, el único filme de ese país que ha ganado este tipo de premio. Si en 2013 la película No, sobre el plebiscito de Pinochet de 1988, estuvo nominada al Oscar, esta vez Chile también llegó a la Academia con un filme de corte político, aunque no explícito como No. Historia de un Oso, del director Gabriel Osorio, cuenta en 10 minutos la historia del exilio que sufrió su abuelo, tras el golpe del 11 de septiembre de 1973.

El corto animado narra la odisea de un oso triste y solitario, que en realidad es el abuelo de Osorio. El oso cae en las garras de un circo y dentro de ese mundo comienza a construir uno basado en la añoranza de un pasado feliz junto a su esposa y su hijo. El circo vendría a ser el exilio y el pasado, contado a través de un diorama, el Chile feliz de la época de Allende.

En la historia real, el abuelo de Osorio era un militante socialista que tras el golpe de Pinochet estuvo 2 años en prisión, para luego exiliarse por largos años en Inglaterra. Leopoldo Osorio, el abuelo del director, fue concejal por la comuna de Maipú, una de las más grandes y populares de Santiago, además de secretario de Allende. Es por eso que al recibir el Oscar, Osorio le dedicó el triunfo a su abuelo.

“Venimos de un pequeño país llamado Chile y este es su primer Oscar, así que es muy importante para nosotros. ¡Viva Chile! Quiero dedicar este logro a mi abuelo, quien inspiró esta historia, y a todas las personas que como él han sufrido el exilio. Realmente esperamos que esto nunca más vuelva a ocurrir”, señaló el joven director chileno, quien logró vencer al influyente estudio Pixar.

Al explicar su corto animado, Osorio ha dicho en otras ocasiones que “yo no entendía muy bien qué era esto de la política que le impedía estar con la familia. Fue una cosa muy tremenda, porque por un hecho político, ajeno, mi familia quedó desmembrada”. En Chile hubo cierta sorpresa por el premio, aunque los elogios se dieron de manera transversal, desde todos los sectores políticos.

De todos modos, hasta anoche algunos pensaban que el corto trataba sobre el abuso animal, algo que Osorio se toma con cierto humor: “Es curioso. En Taiwán la asociaron, por ejemplo, con la invasión japonesa durante la Segunda Guerra. Otros la leen como un mensaje sobre el abuso de animales”.

Osorio trabajó con un equipo de 15 personas, entre 2010 y 2014. En un comienzo contaron con fondos del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, pero ese dinero les alcanzó solo para la mitad de la producción. El resto fue financiado con recursos propios o comerciales. En la historia de la pantalla gigante quedará escrito que Historia de un Oso competía en la categoría con cortometrajes como Sanjay´s Super Team de Pixar, World of Tomorrow, We cant live without Cosmos y Prologue. (I)