Artistas se acoplan al formato de una valla

Diez obras de artistas ganadores de distintas ediciones del Salón de Julio y el Festival de Artes al Aire Libre (FAAL) —ambos organizados por la Dirección de Cultura del Municipio de Guayaquil— se exponen en la avenida Narcisa de Jesús, al norte de la ciudad. Esta no es una intervención de arte. Las obras que se exhiben son parte de Galería de Arte en la Vía Pública (GAVP). Cada una fue trabajada durante un mes para acoplarse a los 40 metros cuadrados de la valla.

“No hubo mucho tiempo para intervenir las vallas, hacer una obra a partir de ese espacio y no simplemente ponerla en el marco del espacio de la valla. La imagen fue recortada, tuvimos que hacer de tripas corazón”, dijo Juan Caguana, uno de los participantes de este proyecto en su primera fase.

A pesar de la premura de esta primera exposición, las obras han salido del hermetismo del museo para exponerse en la calle y, de alguna manera, develar al público lo que se hace en el arte contemporáneo de la ciudad a través de estas convocatorias.

La propuesta trabajada por la Dirección de Cultura de la ciudad fue planteada por la empresa Ecuavallas, que ha asumido el costo de la instalación e impresiones de los trabajos en una especie de canje con los artistas por su obra. Sin embargo, se hizo pública la necesidad de exonerar los impuestos de montaje de las plataformas que completarían un gasto aproximado de $ 100 mil.

“Este es un espacio que todos pueden observar, la obra va a ser más visibilizada que en un museo”, dijo Caguana. Para Juan Carlos Fernández, otro de los participantes de este proyecto, “cualquier vitrina que muestre la obra de un artista es una forma de abrirse porque no hay otros circuitos, tampoco hay prensa escrita especializada y cualquier cosa es buena”.

Daniel Alvarado, quien presenta su trabajo gráfico, considera interesante la posibilidad de emplazar una imagen en gran formato en el espacio físico por medio de la valla. “Lo asumo como un ejercicio visual más, solo que en otro formato y soporte”.

La curadora y crítica de arte cubana Amalina Bomnin ha sido directora del Salón de Julio en las 2 últimas ediciones y consideró positiva esta propuesta en el espacio público, respecto a que otorga nuevas posibilidades para una realidad latente: “El arte está en las galerías y los museos y la gente no lo ve. El público es bastante ajeno a lo que pasa”, dice Bomnin.

La curadora considera, además, que si bien este formato es acogido y pensado para la publicidad, estos trabajos marcan una ruptura y la posibilidad de cuestionamiento de parte de los observadores sobre lo que significa. Esta medida, como forma de difundir el trabajo que se realiza en la convocatoria del Salón de Julio y el FAAL, es una de las tantas necesidades que tienen para replantearse.

De acuerdo con Bomnin, este año el jurado propuso 18 sugerencias sobre la proyección de las bases y realización del Salón. “Hay que plantearse cómo se piensa el Salón, qué le interesa al país, al arte, tiene que haber una curaduría palpable, que aborde determinadas temáticas”.

Se espera cambiar las obras cada 3 meses y, según Daniel Alvarado, “sería ideal un trabajo curatorial que permita identificar y formular propuestas visuales que resulten pertinentes para el espacio público en formato valla”. (I)