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1 de cada 10 boletos vendidos fue para cine de producción nacional

1 de cada 10 boletos vendidos fue para cine de producción nacional
16 de enero de 2014 - 00:00

Las preguntas: ¿Cuál es la situación actual del cine ecuatoriano? ¿Se puede hablar ya de una industria cinematográfica en el país? En 2013 se estrenaron 13 películas, un hecho nuevo en la historia nacional. A pesar de los éxitos cosechados y el camino recorrido ¿qué falta por hacer? La cantidad de películas -y también su calidad– ha aumentado, pero la cantidad de público sigue siendo muy baja, ¿a qué se debe esta falta de interés? ¿Qué hacer para llegar al público ecuatoriano?

El lunes pasado, el gremio fílmico se reunió en Flacsocine (Quito) para tratar de hallar respuestas a estos cuestionamientos en el conversatorio titulado Crece la oferta, ¿qué pasa con la demanda?, en el que participaron el cineasta Camilo Luzuriaga, la economista Gabriela Montalvo y el director del Consejo Nacional de Cinematografía del Ecuador (CNCine), Juan Martín Cueva.

La reunión se realizó con la intención de preparar el terreno para el Encuentro Nacional de Cine, que comienza hoy en la Ciespal. De esta cumbre se espera sacar un análisis de las carencias del sector y la ruta que se seguirá este año, sobre todo enfocado hacia un nuevo modelo de distribución y exhibición del cine, que se ajuste a la realidad ecuatoriana y a los cambios en los patrones de consumo.

Desde la introducción de la conferencia, Cueva aclaró que de lo que se trataba es “debatir un tema al cual los cineastas no están acostumbrados”, refiriéndose, al menos, a los que tienen que ver con exhibición y circulación. “Hay que buscar temas que no son consensuales y que a ratos tratan situaciones incómodas que plantean retos nuevos”, alentó a los concurrentes aquella tarde.

En este dilema se juntan, y se enfrentan agriamente, la idea del cine como arte y la noción de una industria cultural que debe funcionar para que este arte pueda realizarse y que llegue al público. En este sentido, las dos intervenciones fueron incómodas, aunque por distintos motivos.

La primera charla, disertada porMontalvo, levantó ampollas por centrarse en las cifras detrás del sector cultural (posteriormente, el realizador quiteño Mateo Herrera le espetó que “por suerte el cine no son números”), argumentando que hace falta un seguimiento más serio de datos y figuras, para presentar al sector como una industria frente a las autoridades y así lograr su visibilización y estabilización como productor y creador de puestos de trabajo. El cine tiene que dejar de ser considerado como sector netamente subsidiario.

Ella también se sirvió de sus investigaciones económicas para explicar la competencia que debe sufrir el sector con las industrias extranjeras. Solo el 1,4% de las entradas a salas de cine que se comercializaron en el país fue para películas ecuatorianas, mientras que la mayoría de tiquetes expendidos era para las superproducciones que provienen de EE.UU.

“Somos un país, en términos monetarios, netamente importador de cultura. Los últimos datos oficiales, de 2010, señalan que importamos $ 310 millones en bienes culturales y exportamos $ 5”.

Por su parte, el director de cine Camilo Luzuriaga hizo un duro llamamiento a la autocrítica, haciendo un repaso de la historia del cine ecuatoriano, alabando las mejoras y el avance obtenido en la última década, pero cuestionando la existencia de la industria ecuatoriana. “¿Hasta cuándo será posible seguir produciendo películas subsidiadas en el 70-90% de su valor?”, preguntó a los presentes, recordando la contribución vía tributo de cada ciudadano a estas ayudas.

El catedrático también criticó la noción de que la falta de público sea un problema de distribución, ya que sirve para tapar posibles problemas en la producción misma.

“El fin del emprendimiento no es la utilidad económica, sino el reconocimiento social. No es casual que el objetivo fundamental, y hasta único, sea el estreno en sala de cine, como si las salas garantizan el reconocimiento, y sin cuestionar si la película se adapta o no a esta ventana”, dijo entre algunas risas nerviosas de los muchos directores que acudieron al debate.

En las preguntas realizadas al final por el público fue palpable la opinión dividida, con algunos ofendidos y otros muy de acuerdo. Por eso, el debate continúa hoy y mañana en la Ciespal, ubicada en Diego de Almagro y Andrade Marín. Puede ser seguido en directo en internet desde la página web del CNCine (www.cncine.gob.ec).

En este debate se ha programado, entre otras actividades, la charla magistral Algunas consideraciones para la distribución y exhibición del cine nacional frente a la convergencia tecnológica (perspectivas de la región) a cargo del mexicano Víctor Ugalde. Será hoy, desde las 09:45, con entrada libre.

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