Era tarde, la lluvia amenazaba y en el primer taxi informal que pasó se subió Grace, una vez que pactó la carrera. En Guayaquil circulan unos 13.000 taxis informales, según la Autoridad de Tránsito Municipal (ATM).

El chofer empezó a hablar del clima y de la violencia de género, sobre todo de Diana Carolina, la mujer que fue asesinada por su expareja en Ibarra.  

El taxista, con rasgos machistas, decía que debería investigarse por qué el individuo venezolano tomó esa decisión, a lo mejor Diana le dio motivos.

A medida que avanzaba la conversación, Grace entendió que una mala experiencia del hombre lo llevó a decir eso. “Cuando estaba en el Ejército yo estuve casado con una mujer que me traicionaba con otro, por eso la dejé y ahora tengo a mi esposa con quien soy feliz”.

Miguel, el taxista, reveló que él fue uno de los héroes del Cenepa, luchó por su país y es su orgullo y lo guarda en su mente. El 26 de enero de 1995, hace 24 años, se vivió la histórica gesta en la que fallecieron 33 soldados ecuatorianos.

Tras su pasó por el Cenepa, Miguel siguió en el Ejército, pero fue enviado al grupo de Inteligencia, donde le asignaron algunos casos, como la explosión en el cuartel militar de Riobamba. Investigó el hecho y entregó su informe.

El hombre le reveló lo que en verdad halló en ese polvorín. Grace le dijo, “¿no me diga que el polvorín fue para encubrir que no había armas en ese cuartel?”. El hombre prefirió no hablar más del tema.

El héroe del Cenepa dijo que se jubiló luego de 20 años, como lo establecen las leyes de las Fuerzas Armadas.  Con el dinero que le dieron se compró su casa y su auto, con el cual, de vez en cuando, sale a trabajar. “Un dinero más no le hace mal a nadie y así no estoy ocioso en casa”.

A medida que avanzaba por la vía a Daule, Miguel comentaba que siempre le gustaron los perros y que por eso también se dedica al entrenamiento particular de estos animales. Grace llegó a su destino. (I)