Ecuador, 19 de Abril de 2024
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El Telégrafo
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En el confín de la ciudad donde nunca se duerme (1)

La llegada a Nogales en plena frontera de México con Arizona en Estados Unidos, no fue complicada, la noche anterior alcancé al último vuelo a Hermosillo, capital de Sonora y en la mañana un bus tardó menos de 4 horas.

La terminal terrestre no era muy grande pero estaba congestionada, cerca de cinco buses repletos de pasajeros arribaron al mismo tiempo.

Minutos antes de las 12:00 el día lucía totalmente despejado, el sol ansioso había ubicado el termómetro en los 30 grados centígrados, pero no hacía calor. Con más temor que expectativa bajé del bus y salí de la artificial seguridad en la que había permanecido las últimas 24 horas. El aire caliente soplaba sobre la vegetación escasa de un paisaje similar al que se observa en el Valle del Chota.

Apenas salí del andén un hombre barrigón de mediana estatura, con un rostro amable adornado con un bigote tupido, me levantó la mano: “hola cómo estás, necesitas un taxi, buscas hotel, tranquilo yo te llevo”. La desconfianza se multiplicó ante tanta amabilidad, pero el carro amarillo con franjas verdes cuyas puertas abrió me tranquilizaron.

Enseguida el taxista me miró desde el retrovisor, “vas a la línea” me dijo, “qué es eso”, le contesté, “pos la línea, quieres cruzarte pa’l otro lado cierto, como vienes solo con una mochila”, dijo adivinando. “Puede ser”, le indiqué ocultando con una respiración profunda su clarividencia. “Si quieres te llevo donde un coyote chingón, acá debes cuidarte todos quieren cruzarte, el mío es efectivo y solo te cobra 500 baros (dólares)”.

Le agradecí el consejo y le pedí que primero me lleve a un hotel conveniente, al cabo de 15 minutos rodeó por una calle cuyo asfalto estaba cubierto por una especie de tierra fina rojiza, entonces miré  una pared de latón percudida por el óxido que se alzaba imponente a unos nueve metros. “Es la línea“, dijo el taxista con cierta perplejidad y señaló con el dedo la pared de latón que se extendía hasta perderse en el horizonte. (O)

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