Ecuador es la única selección sudamericana que no se clasificó a la segunda fase de la Copa América. No lo hace desde hace 16 años; es decir, en las pasadas 4 ediciones. Números realmente negativos en una  competencia que siempre fue esquiva para nuestro país. Gustavo Quinteros deberá corregir errores que se cometieron durante la estadía de Ecuador en tierras chilenas. Falencias, principalmente, desde lo colectivo.

Derrotas tempraneras hipotecaron las chances de Ecuador en la competencia más antigua que tiene el mundo a nivel de selección. Primero ante Chile y después ante Bolivia. Una derrota más preocupante que la otra. El primer juego, ante el local, pudimos estar a la altura en varios tramos del encuentro; eso sí, plagados de improvisaciones en cuanto al posicionamiento de jugadores. Primero por mala fortuna en tener jugadores lesionados de última hora, y segundo, porque la convocatoria de varios elementos nunca estuvo acorde a la idea de juego que pretendía el entrenador.

Ante Bolivia, las preocupaciones se incrementaron. Quizás haya sido el partido más flojo de Ecuador en los últimos años. Y, más allá del rival con el que se perdió, que era infinitamente inferior por calidad individual, la forma en que se cayó fue realmente preocupante. Excesiva rotación de jugadores en varias posiciones hacen que el futbolista, a la larga, se termine confundiendo; más aún a nivel de selección donde los tiempos de trabajo son muy cortos.

Quinteros no tiene excusas si quiere buscar en el tiempo un motivo del fracaso que significó la participación de Ecuador en Copa América. Fracaso desde los resultados y, más preocupante aún, desde lo futbolístico. El más claro ejemplo de que el tiempo no es excusa lo tenemos muy cerca de nuestra tierra, en Perú. Ricardo Gareca, quien llegó hace muy poco tiempo a las filas del conjunto ‘rojiblanco’, ha cosechado muy buenos resultados y, lo más importante, muy buenos rendimientos en varios jugadores que en un pasado casi no eran tomados en cuenta.

Sin dudas, se debe excluir a los futbolistas que no tengan voluntad de defender los colores del seleccionado nacional. También deberán ser separados aquellos jugadores que infrinjan las reglas irrespetando los códigos disciplinarios. El entrenador argentino-boliviano tiene una dura tarea de cara a lo que será la participación de la ‘Tri’ en la próximas eliminatorias sudamericanas; las más difíciles del planeta. (O)