La selección brasileña está en apuros; su cerebro, músculo y corazón está fuera. Neymar fue suspendido por 4 partidos, pagará una multa de $ 10.000 y se perderá el resto de la Copa América. El delantero de 23 años perdió el control en el último partido que disputó ante Colombia, cuya rivalidad con Brasil se alimenta agresivamente, y después del pitazo final comenzó una trifulca con los rivales.    

Otra vez Neymar se va temprano de una competencia, otra vez después de un juego con Colombia. Del Mundial-2014, Neymar salió en camilla con una fractura en una vértebra y en el siguiente partido, Brasil recibió una humillante goleada de Alemania (7-1).  

Con la obligación de ganar un título para reconquistar a su hinchada, la ‘amarelinha’ se queda nuevamente sin su estrella en una Copa altamente pareja y difícil.   

Nadie imaginó que la fractura en una vértebra, por una falta de Juan Camilo Zúñiga, lo salvaría de la más grande humillación sufrida por la selección brasileña: el 7-1 frente a Alemania.    

En la Copa América fue diferente, no hubo lesión sino sanción. Neymar llegó al juego contra Colombia con una amonestación del partido anterior. Dunga le advirtió que se cuidara de otra tarjeta amarilla para evitar la suspensión y ese día no solo se llevó la segunda, sino la roja y provocó su suspensión.

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Un pelotazo a Pablo Armero y un cabezazo a Jeison Murillo mostraron a Neymar fuera de sí. La frustración de jugar con un equipo que no funciona -viene de ganar con el Barça la triple corona al lado de Lionel Messi y Luis Suárez- y la querella en la justicia española por su fichaje en el once culé pudieron haber influido en su conducta. La cabeza del ‘garoto’ estrella está hecha un lío. “Todos somos seres humanos y no hay cómo desvincular ciertas cosas que pasan en nuestras vidas”, justificó el entrenador Dunga.  

Y aunque la sanción puede ser apelada, la ‘seleçao’ debe dar por sentado que se queda acéfala porque la otrora fábrica de ‘cracks’, Brasil, tiene ahora solo a Neymar.   

Qué diferente al equipo con el que el hoy seleccionador Dunga ganó, como jugador, el Mundial de 1994, junto a leyendas como Cafú, Romario, Bebeto y Ronaldo.

Hábil y veloz, los regates de Neymar son una especie de baile, que terminan humillando a los defensores. Su técnica insolente con goles en ráfaga, mezclados con nuevos dotes de liderazgo, le valieron el brazalete de capitán desde la llegada de Dunga. En 64 juegos con la selección marcó 44 goles, uno en esta Copa América.

Si el fracaso en el Mundial-2014 es ‘página pasada’ para la selección brasileña, lo mismo pasa con el incidente del miércoles, dijo ayer el volante ‘canarinho’ Fernandinho.   

Neymar ‘ha dicho poca cosa sobre eso. Mientras menos se habla de las cosas negativas, mejor’, dijo el jugador del Manchester City. Lo que sí tiene claro Fernandinho es que la pelea no perjudicó la imagen de Neymar frente a sus compañeros en la selección.

“Un tipo que hace varios goles en la selección, que bate varias marcas, no tiene cómo quedar marcado en el equipo. Y no es una expulsión la que va a poner en jaque la conducta de Neymar dentro de la selección brasileña. Creo que lo que pasó fue un caso aislado, que el árbitro manejó de manera errada la forma como lo expulsó”, dijo Fernandinho.

La ‘Neymar-dependencia’ es clara y el juego de mañana frente a Venezuela se presenta complicado, sobre todo porque la hinchada brasileña no espera otra cosa que una victoria. Brasil realizó ayer su último entrenamiento antes del choque contra la Vinotinto, en el que ambos se juegan su boleto a cuartos de final. “La evolución del fútbol venezolano es evidente, los jugadores venezolanos, la mayoría juega en Europa.

Arango por ejemplo, pasó por España y Alemania, articula bien las jugadas, es súper exigente y tiene una calidad técnica fantástica. Rondón juega en Rusia, es muy fuerte, sale por los lados y llega al área para finalizar”, analizó Fernandinho.

Los venezolanos arrancaron con victoria 1-0 sobre Colombia, pero cayeron ante Perú por el mismo marcador, capitulando a la ofensiva liderada por el veterano Claudio Pizarro, con 10 jugadores en campo desde el minuto 29. (I)