La Copa América Chile 2015 concluyó con un sueño hecho realidad para todos los hinchas chilenos: por primera vez en la historia La Roja obtuvo un título  internacional. Así, el balance es extremadamente positivo para Chile, aunque la competencia deja muchas lecciones para el anfitrión, pero también para el resto de las selecciones. Y no solo a nivel futbolístico.  

El torneo arrancó el 11 de junio. Desde entonces los chilenos pusieron su sello, algo que tanto el público local como el extranjero recordarán. Y dio resultado. La campaña de Unicef para que la hinchada respetara la interpretación del himno del equipo rival se evidenció a través de una tarjeta verde que cada persona levantó en señal de respeto. “América nos une, no hagas tú la diferencia”, decía la tarjeta, con la imagen del arquero y capitán de La Roja, Claudio Bravo.    

En un hecho inédito, el público chileno –que suele silbar mientras se interpreta el himno patrio de países como Perú, Argentina y Bolivia- apoyó la campaña y se convirtió en todo un éxito. La imagen de 45 mil personas levantando las tarjetas verdes dio la vuelta al mundo. En el plano organizativo no se registraron mayores incidentes, con menos de 100 arrestos en todo el torneo, aunque la noche del sábado hubo dos muertos en los festejos.  

Eso sí, la Copa América se dio en un contexto de manifestaciones de profesores en Santiago y de estudiantes en Valparaíso, que generó algo de preocupación en algunas selecciones, como Ecuador, que se hospedó en el Crowne Plaza, en pleno centro de Santiago.    

En ese sentido, si bien el público que acudió a los estadios fue de carácter familiar, hasta los propios jugadores chilenos se quejaron de que la hinchada a veces silbaba o simplemente no cantaba. Ello, porque el público que asistió no necesariamente fue el que cada fin de semana repleta las canchas chilenas.

Para Chile, el balance es extraordinario, ya que lució varios estadios remodelados, con nivel europeo, como el Elías Figueroa de Valparaíso, Germán Becker de Temuco, Ester Roa de Concepción y La Portada de La Serena.    

Chile heredará para su torneo local y Eliminatorias mundialistas 7 estadios en regiones de alto nivel, con capacidades que oscilan entre los 15 mil y 30 mil asistentes. En deuda quedaron las dos sedes de la capital, el estadio Nacional y el estadio Monumental, con baños en mal estado, precarias butacas y deterioro de sus infraestructuras.   

En cuanto al turismo, entre el 1 y el 14 de junio ingresaron a Chile 139 mil extranjeros provenientes de los 11 países que compiten en el torneo continental, sin contar a los chilenos. Es decir, 49 mil turistas más que en el mismo período del año pasado, de los cuales 1.548 llegaron desde Ecuador.  

En el plano político, la Copa América estuvo marcada por el escándalo de la FIFA y la Conmebol, con sendas acusaciones contra el presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (Anfp), Sergio Jadue. Pero la controversia por supuesta corrupción quedó en un segundo plano y Jadue le entregó la copa al capitán Claudio Bravo.

También fue notoria la presencia en todos los partidos de Chile de la presidenta Michelle Bachelet, quien logró repuntar 5 puntos en las encuestas gracias a la sintonía que mostró con La Roja. De acuerdo con un sondeo de Plaza Pública Cadem, la mandataria subió al 28% su popularidad. Los expertos pronostican que la popularidad podría aumentar aún más, tras los festejos en La Moneda la noche del sábado, con los jugadores y la propia Bachelet como protagonistas.     

El balance negativo lo marcaron ciertos arbitrajes. Uruguay y Venezuela pusieron en duda el trabajo referil, mientras que se intentó crear la sensación de que los árbitros ayudaban a Chile. “Pasaron muchas cosas raras”, afirmó el técnico de Venezuela, Noel Sanvicente. “A Chile le anularon más goles que los que hizo Uruguay”, disparó Jadue, de la Anfp. (I)

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