Publicidad
Punto de vista
El cambio de Bolaños fue determinante
El primer partido de la Copa América no generó sorpresas, aunque hasta el minuto 66 parecía que sí. Lo normal era que el anfitrión ganara: por calidad de jugadores, por tiempo de proceso, por localía y por el momento del adversario, que estrenaba DT -y estilo- oficialmente.
Pese a las diferencias, a favor de Chile, entre una selección y otra, Ecuador dio dura batalla y dejó una buena imagen, porque si bien la Roja fue superior en la mayor parte del partido, no logró reflejarlo en el marcador a través de la elaboración de una jugada. De no ser por el penalti que decretó bien Néstor Pitana el encuentro parecía destinado al 0-0. Chile había dejado atrás sus mejores momentos y Ecuador se había asentado en el campo del Estadio Nacional de Santiago, como quería Quinteros para empezar a adelantar líneas, cuando llegó la jugada que cambió la cara del partido.
El movimiento táctico de enviar a Miller Bolaños a la banda izquierda en el medio campo para ayudar a Walter Ayoví y adelantar a Jefferson Montero mejoró la generación de acciones ofensivas. Bolaños, que tuvo poco contacto con el balón en el primer tiempo, entró en acción con mayor frecuencia, para bien y para mal. Es cierto que el trabajo de la ‘Tri’ hasta el minuto 66 daba para lograr un empate, y no más, pero en su mejor momento, cuando estaba equilibrando la balanza y los aficionados chilenos veían lejano el triunfo, Bolaños pecó de inexperto en el área y echó al traste la planificación. Arturo Vidal no estaba cerca del arco, no tenía el mejor perfil para rematar ni las condiciones ideales para asociarse con un compañero, pero el ecuatoriano se desesperó por pararlo. La mala decisión del volante dejó a criterio de Pitana -la falta no fue tan notoria ni fuerte, pero hubo- que decretara penalti o no.
En el mundo del fútbol se dice que quien solo se defiende está destinado a perder tarde o temprano, no obstante, la idea de Quinteros no fue retrasar tanto las líneas y solo replegarse, sino que las condiciones del cotejo obligaron a resistir los ataques ‘araucanos’ hasta el 1-0. La ‘Tri’ recién pudo jugar al ataque tras verse golpeado porque el mismo Chile le cedió balón y terreno en función de cuidar el resultado y poder rematar con un contragolpe, como justamente salió con la ayuda de Renato Ibarra. Brillar ante un equipo plagado de figuras (Isla, Vidal, Valdivia, Sánchez, Fernández, Vargas...), acostumbrados a mostrar sus grandes virtudes en Europa, compenetrados hace años y con una idea clara y ambiciosa, no es tarea fácil. (O)