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El Telégrafo
Bernardo Sandoval

Trump vs. Biden

22 de diciembre de 2019 - 00:00

El título de esta columna es solamente una hipótesis. Donald Trump enfrentará un juicio político y Joe Biden no acaba de convencer como precandidato del partido demócrata. Puede darse el caso de que ninguno participe en las elecciones presidenciales de EE.UU. en 2020.

Donald Trump será el tercer presidente de ese país sometido a juicio político. Los otros dos, Andrew Johnson en 1868 y Bill Clinton 130 años después, salieron airosos y, casi con certeza, Donald Trump también lo hará. Para ser defenestrado, 17 de 50 senadores republicanos tendrían que votar a favor de su salida, hecho poco probable. La casi segura absolución de Trump lo fortalecerá y allanará el camino para su reelección; no obstante, cabe pensar que, si acaso el juicio político se prolonga, si la acción acusadora de los congresistas escogidos por la presidenta de la cámara de representantes, Nancy Pelosi, es efectiva, la mediatización del juicio afectaría la imagen de Trump aunque sea sobreseído.

Por otro lado, Joe Biden, exvicepresidente de Barack Obama, es el precandidato demócrata que lidera las encuestas de preferencia en dicho partido. A pesar de su escaso carisma e insuficiente habilidad para debatir, se mantiene al frente quizás por su visión ideológica centrista que lo aleja del progresismo casi socialista de los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren. La tardía aparición de Michael Bloomberg, el multimillonario exalcalde de Nueva York, en las primarias demócratas, parece no tener futuro por lo extemporánea.

Si, en efecto, Donald Trump y Joe Biden llegan a disputar la presidencia de EE.UU., estaríamos frente a una situación inédita e interesante en tanto el juicio a Donald Trump es motivado por el chantaje político al que quiso someter al Presidente de Ucrania, para obtener información que perjudicaría a Biden.

Confío en que el juicio político, aunque de desenlace favorable a Trump, sea suficientemente rico en evidencia y argumentos contra Trump como para que su imagen se derrumbe y ello sea apreciado por una ínfima minoría reflexiva que tenga capacidad de rectificación y no le dé su voto el 3 de noviembre de 2020. (O) 

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