El internet nos abre la puerta para que el mundo asome y nosotros nos asomemos al mundo. Nos convierte en ciudadanos globales o más bien, digitales; es la “Aldea Global” de la que hablaba un filósofo. De la misma manera revoluciona las formas de relacionarnos unos con otros, de hacer política, periodismo, ciencia y hasta de educar.

Hoy es inadmisible no utilizar la tecnología para llevar a cabo el oficio de la educación en cualquiera de sus niveles. Aún en algunas escuelas obligan a comprar libros “didácticos”, que en realidad son compendios inexactos, con sus respectivos cuadernillos de trabajo con tareas absurdas. Digámoslo: a los estudiantes de hoy, ¿de siempre?, nos resulta desesperanzador.

Gran enseñanza puede darnos un profesor al enviar a sus estudiantes, de 1ro. de Bachillerato de un prestigioso colegio español, la tarea de hacer entrevistas digitales a personas equis del mundo, relacionadas con la Filosofía. Varios jóvenes me contactaron para hacerme algunas preguntas sobre los problemas urgentes de la Filosofía de hoy.

Entre estos respondo primero: la poca importancia que se le da. Sí, aquí y en principio aquí. Ya que no se le encuentra utilidad práctica, cuando en realidad es inexorablemente práctica. Otro problema es la forma de transmitirla.

Siguiendo la misma propuesta de cambiar el paradigma educativo, hoy nadie va a leer una investigación de fulano Silva de veinte páginas escritas kantianamente. Incluso este pequeño texto cuesta leer. Si usted ha llegado hasta este punto de lectura le felicito, amable lector.

Habrá que esforzarse por introducir alguna transmisión de la Filosofía actualmente, con un valor atractivo para las nuevas generaciones.

La semana anterior se llevó a cabo en la Facultad de Filosofía y Teología de la PUCE, el Congreso de Filosofía en el que participé junto con otros colegas. Pero al final del día, la Filosofía no es solo en y desde la Academia, sino actuar (política/ética) en relación con los demás y a veces para eso… hay que estudiar. (O) 
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