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El Telégrafo
Ximena Ortiz Crespo

Salud emocional en tiempos de pandemia

14 de agosto de 2020 - 00:00

Empiezan a  manifiestarse los efectos psicológicos del distanciamiento social,  el cierre de escuelas y  la pérdida de empleos. Largas colas frente a los hospitales, diagnósticos superficiales, agua de gengibre o eucalipto, paracetamol, falta de recursos económicos para la Prueba PCR.

La incertidumbre, la soledad, la muerte de amigos y familiares impacta a las personas, particularmente aquellos que han contraído la enfermedad o con mayor peligro por enfermedades pre existentes o edad avanzada. Pero también los niños experimentan temor, ansiedad, ira, tristeza por estar lejos de la escuela, de las tareas, de los compañeros, por tener que adaptarse a nuevas formas de aprender y estudiar.  A las mujeres que teletrabajan, les cuesta equilibrar el trabajo con las responsabilidades de cuidado de la familia. A los varones, miedo a perder el trabajo y los ingresos familiares, frustración por no poder salir. Los médicos, enfermeras y demás personal  involucrado en el trato de pacientes, sienten la preocupación por el peligro de contagio y por la posibilidad de transmitir la enfermedad a sus familiares íntimos.

La realidad es que todos requerimos ayuda. El personal médico ya empieza a reclutar psicólogos para dar apoyo emocional tanto al personal de hospitales como a los pacientes . Espera con ello paliar el aislamiento, los síndromes de depresión o los desórdenes de ansiedad. Los pacientes reciben cuidados de brigadas en donde no se identifica jerarquía ni individualidad, por lo que se sienten aislados porque pueden relacionarse personalmente con sus cuidadores. Persisten sus dudas, se sienten solos, están deprimidos física y psíquicamente.

Al personal médico se le añade carga horaria, hay escasez de personal, de equipos de protección personal. Estudios realizados en hospitales norteamericanos a personas sometidas a confinamiento y al personal encargado del cuidado de enfermos con Covid19 muestran que éstas presentan problemas emocionales caracterizados por depresión, irritabilidad, frustración, ira.  Así lo reporta el Medical Journal of Medicine del 3 agosto.

¿Qué debemos hacer?  Para  manejar el aislamiento y la ansiedad en época de  coronavirus es necesario que estemos concientes de que todos estamos sufriendo.  Y luego, que enfrentemos esa realidad haciendo lo posible por mantener nuestros vínculos familiares y sociales, apoyando a los pacientes y a sus cuidadores, cuidando de no esparcir noticias que impresionen,  leyendo menos sobre las mil notas sobre el Covid-19, sus tratamientos y las especulaciones en torno a la enfermedad. 

La rutina diaria para no sentirnos solos, estresados y ansiosos es mantenernos ocupados, salir en lo posible al aire libre, apoyar a los demás, cuidar la apariencia, descansar, pedir ayuda. Tomar un día a la vez. Cambiar de ritmo, no querer solucionar todo a la vez o tener respuestas en un época de incertidumbre.  

Es necesario mantener la conexión con amigos y familiares en línea o por teléfono.  Utilizar  las aplicaciones que facilitan las conversaciones cara a cara. Enviar whatsapps, ponerse en contacto en las redes sociales. Buscar en línea eventos religiosos y culturales. Asistir a reuniones digitales.

Compartamos nuestros sentimientos con los demás. La conversación nos ayudará a sentirnos menos solos y más apoyados. Pasemos tiempo de calidad con la familia. Realicemos actividades familiares para las que no siempre se tiene tiempo como jugar juegos de mesa, hacer crucigramas,  hornear, conversar. 

Y ya individualmente, los ejercicios de atención plena ayudan también.  Debemos buscar videos sobre meditación guiada o sobre yoga.

Evitemos pensar demasiado en el futuro. En lugar de decirnos a nosotros mismos: "Esto no va a pasar nunca", digámonos: "Este es un cambio que debo aprovechar".

Si sientes que tu estado de ánimo decae, hay que buscar un psicólogo o psicóloga, que hacen un hermoso trabajo a través de las plataformas, atendiéndote cara a cara.

De todas maneras, hay que hacer lo que los norteamericano dicen:  “count your blessings”. En español sería “toma en cuenta las razones para estar agradecido”. Encontrarlas todos los días, mejora el estado de ánimo. ¡Así que a contar nuestras bendiciones! El tener un techo sobre la cabeza ya es bastante, el poder llenar tu plato de comida también lo es, el tener salud es tener un tesoro. La generosidad de nuestras familias nos mantiene a salvo y nos llena de cariñoLos amigos, el personal médico, los trabajadores de servicios, nuestra gente hermosa sale adelante, ¡nosotros lo haremos también! (O)

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