¿Qué representa para el Ecuador ser parte del Consejo de Seguridad de la ONU?

El Consejo de Seguridad es uno de los seis principales órganos de la Organización de las Naciones Unidas, el cual tiene como responsabilidades primordiales el mantenimiento de la paz y la seguridad del sistema internacional. A diferencia de otros órganos como la Asamblea General, el Consejo de Seguridad emite resoluciones vinculantes, que como se estipula en el art. 25 de la Carta de las NNUU, obliga a los estados miembros a cumplirlas.

Este órgano se encuentra compuesto por 5 miembros permanentes (China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia) y por 10 miembros no permanentes que se rotan cada dos años. Según el art. 23 de la Carta de las NNUU, estos miembros son tomados en cuenta dependiendo de las contribuciones al mantenimiento de la paz y una distribución geográfica equitativa. A su vez, el sistema de votaciones está diseñado para que cada miembro tenga un voto y que las resoluciones, así como los informes anuales y especiales se aprueben por 9 votos afirmativos (los miembros pueden abstenerse). No obstante, para que las resoluciones pasen deberán contar con el voto de los cinco miembros permanentes, lo que les da la posibilidad de vetar cualquier resolución por medio de un voto en contra.

El ser miembro no permanente del Consejo de Seguridad genera una posición privilegiada para lograr cumplir con los intereses del Estado y también para generar esquemas que podrían mejorar los canales de inserción del país en otros ámbitos fuera de la seguridad. Ecuador ya ha sido miembro del Consejo de Seguridad en tres ocasiones (1950, 1960 y 1991).  Luego de la reunión del canciller Juan Carlos Holguín con representantes del grupo de América Latina y el Caribe, en donde se consiguió el apoyo para su nominación, Ecuador tiene posibilidades reales de ser por cuarta vez miembro no permanente.  En Este sentido, cualquier internacionalista cuerdo diría que esta es una gran oportunidad para el país y también para los intereses políticos de quienes consigan la membresía. No obstante, el contexto internacional post pandemia, en medio de una serie de conflictos internacionales y una desconfianza generalizada hacia los organismos multilaterales, podría generar condiciones muy delicadas para el país. Lo que condicionaría sus votos, posiciones y en general su accionar dentro del consejo.

El problema radica en que el Ecuador es un país pequeño que mantiene relaciones asimétricas con las potencias globales. A su vez, esta dependencia ha hecho que su política exterior sea altamente reactiva a las condiciones coyunturales, condicionando su nivel de injerencia en el sistema internacional a externalidades. Esto podría convertirse en una grave desventaja para el país si este logra ser parte del Consejo de Seguridad. Puesto que, al no mantener una política exterior definida, y al estar en una posición que aumente su injerencia en el sistema internacional de manera exponencial, los efectos de sus votaciones tendrán repercusiones proporcionales desde la política exterior de otros Estados en temas comerciales, políticos y económicos.

La oportunidad de ser parte del Consejo de Seguridad no se presenta todos los días, y por eso hay que aplaudir las acciones que se han tomado para que surja esta posibilidad. No obstante, a la par de esa labor es necesario tomar una serie de acciones internas para lograr una verdadera definición incluyente de nuestra política exterior que delimite la posición del país en varias materias. La política exterior no puede continuar siendo cortoplacista y reactiva, esta tiene que ser construida desde varios sectores que respondan a las complejidades y retos de los contextos actuales. De esta manera, repensar la forma en la que construimos la política exterior podría prever una serie de repercusiones sobre la votación del Ecuador. A su vez, esta votación tendría que ser una representación del país en base al posicionamiento e intereses estatales construidos desde sus ciudadanos y no desde cuestiones externas que obligan a alinearse a políticas extranjeras por culpa de una falta de planificación.