El año lectivo 2019-2020 acaba de finalizar en las regiones Sierra y Oriente. Se utimaron los detalles para la entrega de portafolios escolares y proyecto de grado; este requisito lo cumplieron los estudiantes de tercero de bachillerato a fin de su graduación. La elaboración del proyecto, sustituye al “tormentoso” examen Ser Bachiller.

Ante el extinto examen para el ingreso a universidades y politécnicas públicas en el Ecuador, el Ministerio de Educación, buscó una salida rápida, dejando al libre albedrío la calidad, originalidad y aporte a la sociedad; que dejarían estos proyectos. Más aun, pasen a engrosar una torre gigante de papeles o documentos digitales, sin una adecuada revisión de su contenido.

La elaboración de proyectos de grado por estudiantes, implica un sinnúmero de temas y casos de estudio; concernientes a, “información sobre el covid-19, convivencia, ideas que cambiaron el mundo, democracia, cuidado de la naturaleza, interculturalidad, derechos humanos y ciudadanía global”. Con un tiempo de desarrollo de un mes y guiado por un profesor.

Este nuevo requisito para la graduación de futuros bachilleres pasará un único filtro; que será un Comité de Calificación, conformado por docentes de la institución. Según autoridades, lo que se calificará es los componentes de la documentación del tema propuesto, pero preocupa; la falta de defensa del proyecto.

En mi opinión como investigador en informática educativa, el no sustentar un proyecto, deja un enorme vacío e inquietudes de profesores; al desconocer si el estudiante aprendió o qué enseñanzas le dejó su tema o caso de estudio propuesto. Se ahonda el problema, creyendo que lo escrito en papel, dice todo el conocimiento del estudiante.

En conclusión, es un grave error el seguir generando escritos innecesarios en papel, que en gran parte irán directo al tacho de basura. No lograrán evidenciar aprendizajes significativos, propios del proceso educativo. (O)