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Los columnistas de los medios “independientes” de oposición, en actitud contradictoria, de un lado, fustigan al Presidente Rafael Correa, lo tildan de acaparador de funciones, candidato a tirano y enemigo de los periodistas contrarios a su modo de pensar, y de otro costado, presagian su victoria electoral por su hábil manejo de la campaña. Acusan a los presidenciables de la oposición de pusilánimes, tímidos e incapaces de incluir en sus programas de gobierno temas de profundidad, como reformas a la Constitución y en la estructura del Estado.
Cómo no va a crecer el desaliento del ex banquero, el candidato regalón, el cura sin sotana y otros, si un articulista de sus filas, en tono burlesco, proclama la victoria de Correa cuando afirma: “En el fondo todos sabemos que ya tenemos Presidente. Ay, no, qué bruto, rey quise decir. Tonces, que viva el rey”; pero el “humorista” se olvida de que este rey-gobernante sin corona proviene, no por la vía hereditaria, sino como resultado de un acto democrático: el pronunciamiento popular en las urnas.
Como a los presidenciables de la oposición no les ha dado resultado favorable su propaganda electoral, rebaja o eliminación de todos los impuestos, reparto de biblias, ingreso sin exámenes a la universidad, obsequio de toros, entrega de viviendas gratis, ahora, desesperados con el respaldo publicitario de la prensa libre, planifican otro frente o alianza con el pretexto de “cuidar su voto” porque, según ellos, se vislumbra fraude en el contaje de los sufragios. Esa estrategia, de última instancia, se arma -en el fondo- para ocultar la derrota anunciada por comentaristas de la oposición que constantemente fastidian al régimen de la Revolución Ciudadana.
En abierta desconfianza con los representantes de prestigiosos organismos internacionales invitados a observar y evaluar el proceso electoral, ya comenzaron los articulistas a vociferar un posible fraude. Por allí un llamado experto en el tema diserta sobre el término fraude y solapadamente invoca a la ciudadanía a cuidar la legitimidad del voto y de que no sea vulnerado, ante la posibilidad hipotética de un fraude electoral.
Es una tontería, absurdo o contradicción la actitud de un columnista, aparentemente sin principios, que presagia el triunfo del candidato a la reelección presidencial Rafael Correa y a su vez deja entrever vestigio de fraude.
Con acierto sostiene Remy de Gourmont: “Afortunados los hombres que no tienen principios; pueden decir estupideces con solemnidad”. En el mismo plano, Chamfort sentencia: “Hay tonterías tan ataviadas de la misma manera que hay tontos bien vestidos”.