El periodismo de opinión es un magnífico espacio para escribir sobre temas de interés público. En realidad constituye un privilegio –que deberían tener todos los ciudadanos- a fin de expresar ideas, sentimientos y acciones con otras miradas a las del denominado pensamiento oficial.
En este sentido, el periodismo ciudadano -en el que intento discernir- ofrece oportunidades felices –y otras no tanto- para ver la realidad con otros ojos mediante el pensamiento lateral, diferente y a veces divergente, que en ocasiones mueve el piso a la gente y en otras no produce nada porque las personas están instaladas en la indiferencia.
En esta línea de pensamiento está este micro ensayo que trata de plantear preguntas del millón, sin respuesta aparente que para el ciudadano común pueden significar algo o nada. En las siguientes líneas algunos ejemplos no siempre priorizados, porque al escribir esta nota me produce incertidumbre, desencanto, a veces angustia y, en ocasiones, ganas de “tirar la toalla”:
. Los periódicos -en amplios caracteres- han denunciado un hecho conocido: la evasión de impuestos, que superan los 7 mil millones de dólares, que ayudarían en buena medida al presupuesto vigente y a lograr inversiones sociales importantes en salud, educación y empleo. ¿Dónde está el poder del Estado para resolver este problema en forma eficiente, cuando sabemos que existen leyes para aplicarlas?
. Otros temas son, asimismo, clamorosos: la ampliación de la refinería de Esmeraldas y la construcción del playón de la mal llamada refinería del Pacífico, a las que se unen poliductos, terminales marítimas y plantas de gas natural que, según informes del PNUD, superan los USD 4900 millones de dólares, el doble de lo que debían costar. ¿Quién o quiénes controlan estas inversiones que hipotecan el futuro del país? Algunos culpables están en la cárcel, otros defienden lo indefendible. ¿Dónde está el abogado del Estado, la Procuraduría General, la Fiscalía, y la propia Contraloría?
. El Ecuador está viviendo la muerte de sus instituciones. El exministro de Salud, Juan Carlos Zeballos, en una entrevista con la revista Diners (469, junio 2021), expresa literalmente: “Enfrentaría mil pandemias, pero no podría resistir la corrupción un minuto más, que es el problema de fondo del Ministerio de Salud Pública”. Yo digo: corrupción en tiempos de pandemia. Ni la vida se salva cuando hay intereses económicos y políticos. ¿Qué hacer para crear un sistema de control social con los ciudadanos, en temas de salud, educación y empleo seguro; petróleo, deuda externa e inversiones? ¿Es que el Estado ha fracasado? ¿Dónde está la sociedad civil? ¿Quién defiende a los ciudadanos?
¡Son las preguntas del millón!
