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El Telégrafo
Gabriel Hidalgo Andrade

Por su condición

05 de julio de 2020 - 00:00

Nunca antes se dijo un refrán con mayor acierto: el ladrón juzga por su condición. Solo al puñado de extremistas que defienden el modelo de corrupción y de concentración del poder proscrito en la consulta de 2018 se les ocurre impugnar la legitimidad de esos resultados. Dicen que la voluntad popular está viciada como consecuencia del desvío de los fondos de ciertas instituciones públicas para financiar la campaña oficialista. Están tan extraviados que no se enteran que la legitimidad de un plebiscito lo dan las respuestas, no la publicidad de las preguntas.

Los extremistas juzgan por su condición porque no se dan por enterados que lo que la gente manifestó en las urnas fue el rechazo a la reelección indefinida y el destierro perpetuo de la vida pública a los políticos sentenciados por actos de corrupción, sean del gobierno que fueran, incluso del actual.

“Todo es según el color del cristal con que se mira”, dice el poeta Ramón de Campoamor. Según esto, en nuestros dichos nos delatamos y si algunos han dicho que la publicidad vicia la validez de la consulta de 2018, eso solo quiere decir que ellos mismos estuvieron enceguecidos por la propaganda de su mesías.

La gente iba a derrotar en las urnas la concentración del poder y la corrupción. Esto lo sabían los infiltrados en el gobierno y como buenos herederos del correismo encontraron en el masivo apoyo a la consulta una oportunidad para enriquecerse. Fue así como esta nueva falange de oportunistas cabildeó la exacción de recursos públicos y como diseñaron las formas para poder beneficiarse de estos dineros bajo el pretexto de la publicidad electoral. Eso es lo que realmente debe investigarse, no la bobería que se dice de unos resultados cuya orden soberana es inamovible.

Solamente los extraviados de las “7 veces no” confunden al soberano con el partido, a una consulta popular con la popularidad del mesías y al peculado con la publicidad. ¿Por qué? Porque los corruptos de hoy son los corruptos de ayer. (O)

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