Efraín Jara Idrovo, uno de los mejores poetas ecuatorianos, muchos creían que era el mejor entre los vivos, pero hace pocos días partió definitivamente. Su “Sollozo por Pedro Jara”, dedicado a la partida prematura y dramática de su hijo, es un poema de lectura obligada para todos.
Su vida, su poesía, la belleza de sus enamoradas, se quedarán para siempre entre los cuencanos y ecuatorianos. Siempre dijo que solo el trabajo infatigable, construyendo los versos, permitía alcanzar a cabalidad la verdadera poesía, no la llamada inspiración, que era bienvenida como resultado de ese trabajo. En Cuenca se le ha homenajeado como se debe, comenzando con el grupo Casa Tomada, último acto realizado cuando aún vivía.
César Dávila Andrade es otro de los mejores poetas ecuatorianos. Muchos creen que el mejor de todos los tiempos, pero no es conveniente decirlo para evitar susceptibilidades sobre apreciaciones de todas maneras subjetivas. Su “Boletín y elegía de las mitas” es un poema que todo ecuatoriano debe conocer y en toda escuela debe recitarse.
Su vida fue difícil, entre su producción de mentalidad y corazón llenos de ternura, denuncia rebelde, y la cruda realidad cotidiana. Dejó el país y se perdió en la Caracas tristemente encementada por la riqueza petrolera de aquellos tiempos, y resolvió partir definitivamente allá, lejos del capulí añorado. Cuenca prepara homenajes para recordarlo con sus poemas el 5 de octubre, a los 100 años de su nacimiento.
Mientras en las universidades cuencanas se realizaba, con motivo del Día del Libro, una maratón de lectura de la producción literaria de César Dávila Andrade y de Efraín Jara Idrovo, la Politécnica Salesiana rendía homenaje a Jorge Dávila Vázquez, allí presente, destacado poeta y novelista, con la participación de Felipe Aguilar y Catalina Sojos, como el Grupo La Casa Tomada lo hizo a Rubén Astudillo y Astudillo, ya fallecido, el 15 de mayo, a los 80 años de su nacimiento, con intervenciones de Carlos Pérez y Eliécer Cárdenas.
Cuenca reconoce a sus hijos cultivadores de la magia de las palabras. (O)
