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El Telégrafo
Edwin Hidalgo

El pasado descompuesto

09 de julio de 2019 - 00:00

Así como yo tuve la suerte de aprender inglés casi al mismo tiempo que aprendí español, otras personas adquirieron el francés como segunda lengua. Felices ellos, con toda la literatura que tienen a su disposición. Yo solo hubiera querido dominar el francés para saborear en su lengua original los 66 libros de Julio Verne que he leído en español.  

Pero, como el común de los mortales, aprendí francés básico nomás. Y una de las primeras sorpresas que uno se lleva con la lengua gala es el uso del pasado. Porque el niño francés no dice “ya hice mis deberes”, sino “he hecho mis deberes” (j’ai fait mes devoirs). No es tan complicado acostumbrarse al uso del “passé composé”.

Pero, ¡alto! ¿No les parece extrañamente familiar ese uso? Exacto, es lo mismo que hacen los castellanos y todos los que hablan español en España. Noticias en TV: “El presidente ha dicho que no polemizará con los separatistas”. Joder, “dijo” querrán decir. Y eso ocurre en todo lado.

Ahora bien, ni la gramática tradicional española ni la gramática de Andrés Bello autorizan ese uso. ¿Acaso los madrileños lo copiaron del francés? La sospecha se convierte en certidumbre cuando vemos que usan términos calcados del francés: ordenador (versus nuestro computador, pues fueron británicos y estadounidenses los inventores del “computer”), móvil (versus nuestro celular, inventado por Motorola y llamado así porque usa células repetidoras; además, el “mobile phone” era el teléfono de los automóviles). La nostalgia colonialista se da también entre naciones europeas, como en la España conquistada por Napoleón.

Así como algunos hispanoamericanos creen que el mejor español es el de Madrid, algunos españoles creen que París es el único centro de la cultura. En realidad, lo que vemos en ambos casos es un pasado descompuesto, que no es un tiempo verbal, sino un anacronismo mental. Amo el París de Notre Dame, no el de la torre Eiffel; el primero es grandeza, el segundo es decadencia. Cervantes me deleita, Góngora me indigesta. (O)

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