La era digital ha llegado para quedarse. Sus principales herramientas permiten que podamos acceder a cualquier tipo de datos al instante. Con acceso a esa cantidad de información, la interacción virtual se volvió una necesidad humana.
Para satisfacerla, emprendedores crearon una nueva generación de programas, que permite la ambicionada sociabilización a distancia, en tiempo real. La sociedad en general cambió, fruto de esta revolución. En Ecuador, por ejemplo, se estima que el 65% tiene un smartphone y el 71%, redes sociales.
Con el inicio de la digitalización ecuatoriana, vemos reflejadas facetas de nuestra colectividad. En el lado positivo, nos permitió organizar respuestas frente a desastres naturales, como el terremoto de 2016; pero también nos muestra lados negativos, como la aversión o el odio que pululan a diario en foros.
También nos ha permitido percibir posiciones grupales frente a los temas coyunturales. Una de ellas, que cobra más fuerza cada día, es el descontento social hacia los políticos y las instituciones. La desconexión casi absoluta entre el discurso político y la colectividad es evidente. ¿Es acaso posible usar las tecnologías digitales para crear un puente entre las opiniones colectivas y los movimientos políticos, haciendo que representar a la gente vuelva a ser el centro de su razón de existir?
La innovación en democracias digitales está empezando en otros países. Hace una década, los países escandinavos empezaron con las primeras plataformas. Más adelante, partidos como Podemos, en España, han propuesto plataformas de participación virtual, que permiten toma de decisiones colectivas, las cuales pueden guiar las acciones de sus representantes.
En la región, hay iniciativas nacidas de la decepción frente a la forma de hacer política. En Uruguay, el partido digital se considera un emprendimiento político, que intenta cambiar la relación de los mandatarios y sus mandantes. El Partido de la Red en Argentina es otro reflejo de esta tendencia; mediante el uso de plataformas inteligentes, se permite a las personas opinar y votar por propuestas.
Siendo el país con mayor uso de internet de la región, ¿está listo Ecuador para un partido digital? Probablemente sí. Pero, ¿están los políticos listos -o dispuestos- a digitalizar la democracia? (O)
