En los últimos años la región latinoamericana ha experimentado una oleada de casos de corrupción, donde hoy por hoy varios de los exgobernantes se encuentran prófugos o cumpliendo diferentes sentencias. Perú no es la excepción, y las continuas tramas de corrupción en la presidencia han lacerado su institucionalidades. El enfrentamiento entre el Ejecutivo y el Legislativo terminó con la destitución del presidente Martín Vizcarra, luego de conocerse meses atrás que habría recibido pagos ilícitos cuando fue gobernador entre 2011 y 2014. 

El poder legislativo declaró "permanente incapacidad moral" en el juicio político abierto en su contra con 105 votos a favor. Esta figura constitucional ha sido muy cuestionada por su amplio margen de interpretación, por lo que la OEA pidió que el Tribunal Constitucional se pronuncie sobre la legalidad del proceso en ese país. Cabe mencionar además que, Perú está a las puertas de un proceso electoral que se llevará a cabo el 11 de abril de 2021, donde se debe asegurar el funcionamiento democrático.

Esta nueva crisis política se da luego de que, en 2018, Pedro Pablo Kuczynski renunciara a la presidencia antes de ser destituido, tras acusaciones por corrupción con la constructora brasileña Odebrecht. PPK estuvo menos de dos años en el poder. Por supuesto, la lista de corrupción en Perú es larga y en ella se encuentra también a los expresidentes Alberto Fujimori, Ollanta Humala, Alan García Pérez (+) y Alejandro Toledo Manrique.

Esto ha evidenciado que la corrupción no solo en Perú; sino también en toda la región es estructural. A pesar de los esfuerzos, son pocos los avances en los casos y las sentencias, siendo la ciudadanía y los recursos públicos los más afectados. La crisis política que ha atravesado el país andino en los últimos años nos debe preocupar e involucrar a todas y todos, partiendo por el respeto al Estado de Derecho y a la ética pública. (O)