El jueves 30 de abril de 2020, el Ministro de Salud, Doctor Juan Carlos Cevallos, le manifestó a un medio impreso de Quito que quería “hablar de letalidad en lugar de mortalidad que se basa en el número de fallecidos en relación a la población. Que la letalidad resulta de dividir el número de fallecidos por covid-19 para el número de contagiados, todos confirmados. Y que sólo el 1% del 60% de ecuatorianos de 20 años en adelante que se contagiará, lamentablemente morirá. Esto, según proyecciones obtenidas de datos de China y de otros países asiáticos”.

Para mi cálculo, he tomado cifras de varias instituciones y las he promediado. Si tenemos una población a groso modo de 17’000.000 de ecuatorianos, de los cuales 4’500.000 son de 1 a 20 años, hablamos de casi 12’500.000. El 60% de estos es 8’700.000 y el 1% llega más o menos a 87.000.000 aproximadamente. Esta cantidad de ecuatorianos es la que morirá, según lo afirma el Ministro.

Por ello deseo preguntar: si tenemos una cifra que asusta, ¿qué es lo que han preparado las autoridades de salud para tratar de contrarrestar esta situación? Hasta ahora, no nos dicen qué es lo que pasa con los infectados y cuál es el tratamiento que les dan de conformidad con la gravedad de la enfermedad. Qué medicamentos les dan si es que les dan. Qué es lo que pasa con los pacientes infectados a los que mandan a sus domicilios. No lo sé. Lo que conozco superficialmente, es que a un paciente de suma gravedad, lo entuban y le ponen un respirador artificial y, esperan, en la mayoría de los casos, hasta que muera.

Me parece que las autoridades de salud deben estructurar un plan URGENTE de reforzamiento general del sistema inmunológico de la población ecuatoriana. Doy palos de ciego, porque no soy médico: ¿vitamina “C”, otras vitaminas, cloruro de magnesio, bicarbonato de sodio con agua y limón, frutas, verduras? ¿Acudir a la medicina herbaria, a los suplementos dietéticos, a la homeopatía, a los remedios caseros? Por cierto, todo esto debe correr de cuenta del Estado. Pero lo elemental es que algo tiene que hacerse y pronto, para evitar o disminuir esas 87.000 muertes. Si no, tendrán que hacerse cargo de las mismas, con todas sus implicaciones. (O)