Como parte de la Reforma Tributaria a revisar se encuentran las reformas a la Ley de Telecomunicaciones impulsada por el ministro Andrés Michelena y su equipo. La misión es llegar a ser un Ecuador digital y no es poca cosa proponer que exista internet hasta en los lugares más recónditos, libre o de costo justo, reduciendo la brecha de desigualdad.
Esta es una oportunidad para alejarnos de la visión de “lo más accesible” y “lo más barato” para el pueblo “carente” y empezar a sostener que “lo bueno” debe costar “lo justo”.
La postura de “lo accesible” y “lo barato” para “el pueblo”, siempre lo va a dejar a este en una situación de pobreza simbólica: pagar por algo o trabajarlo, seguro nos da dignidad. Lo bueno debe ser barato y para todos; y lo suntuoso, sería lo costoso.
Hoy el internet es más que un servicio básico, es una herramienta poderosa para la productividad. El futuro del Ecuador no está únicamente en labrar la tierra: se encuentra también en sus telecomunicaciones. Por lo tanto, decir “servicio de internet gratuito”, no debe desconectarse de formar ciudadanos productivos y emprendedores, porque el internet es más que memes y chismes.
Todavía no estamos al tanto de los beneficios en ahorro de tiempo, contaminación, dinero y muchos etcéteras, que nos puede dar la conectividad. Para, por ejemplo, evitar las molestas reuniones de padres de familia de la escuelita de nuestros hijos, cuando bien se pueden llevar a cabo por streaming.
Pronto se prescindirá de los humanos para algunas actividades gracias a la tecnología y por eso, ya debemos estar al tanto de cómo hacer plata con esta. Entonces, los puntos de internet gratuito deben superar al ciudadano pasivo, ese que está esperando que el Estado le dé todo y gratis y provocar ciudadanos productivos.
Señor, señora… su curiosidad y atrevimiento es lo necesario para que genere dinero con las herramientas tecnológicas, así como los millonarios youtubers y otros emprendedores, que ni siquiera fueron a la universidad. (O)
