Como cualquier concepto que se encuentra de moda, la innovación está hoy en la boca de todos: personas, empresas, y hasta políticos nos hablan de sus beneficios. Pero ¿es realmente una moda?
Para empezar, la innovación ha existido siempre, quizá en su día con otros nombres, o bien con otras propuestas metodológicas para su desarrollo, pero siempre de manera subyacente bajo el mismo paraguas conceptual: explotar nuevas ideas derivadas de procesos creativos, para que sirvan con éxito -social o financiero- a la gente. Evidentemente, como toda idea que se lanza, tiene sus riesgos y de la misma forma busca diferenciarse de otros, como parte de ese éxito.
Innovaciones hay de muchos tipos, pero las más conocidas son aquellas que buscan la mejora continua
-kaizen en japonés- como lo hizo Toyota durante muchos años donde pasó de ser una marca de vehículos normal, a ser la más reconocida en el mundo por calidad; o bien aquellas enfocadas en cambiar toda la estructura de funcionamiento de las cosas -innovación disruptiva-. Un buen ejemplo de esto se puso en evidencia con Apple, que cambió la manera de hacer negocios allí donde puso su foco, teniendo su punto de inflexión en la famosa campaña de 1997 “Think Different” (Piensa diferente).
Pero no todos ven a la innovación como algo prioritario o necesario, justamente por la aversión al riesgo. Creo, no obstante, que el mayor riesgo es no hacer nada y quedarse como están las cosas. Y luego, la innovación no implica un salto al vacío. Metodologías como Design Thinking permiten entender mejor al usuario, desarrollar “insights” -percepciones-, probar bien los productos o servicios, validar modelos de negocio, entender a los mercados, y si finalmente, desde un enfoque holístico, todo lo anterior parecería que funciona, se lanzan estas ideas.
Volviendo a la pregunta inicial: la innovación es moda, sí, pero definitivamente es también una necesidad, porque el constante cambio y la irrupción de la competencia nos obligan a estar en permanente alerta sobre cómo incorporar más conocimiento, cómo mejorar nuestros modelos de negocio o cómo cambiar nuestros productos o servicios para adaptarlos al cliente. (O)
