La selección ganó y nos dio una alegría tan gigantesca como una vía láctea. Juego impecable, juego limpio como la pureza de los corazones que elevan sus oraciones a Dios dando gracias por las oportunidades. La selección jugó y ganó. Nuestra selección patria que en algún momento fue acusada de estar tentada a recibir sobornos para dejarse ganar. Nuestra selección de las alegrías y los gozos de ganar bien cuando sólo hay un sendero y ese es el del triunfo.
Mi alegría es grande como la fragancia de las flores ofrecidas a la virgen morena pipona en época de Navidad.
Gracias Enner. Te esperamos por esos goles y los goles llegaron y seguirán llegando; por la familia ecuatoriana, por los pobres, por los jóvenes que quieren migrar ante la falta de trabajo y empleos.
Se acabó la noche de las impugnaciones. Se acabó la duda de poder o no poder. Ya pudimos y el mundo vio que sí se pudo y siempre se podrá.
Todo meta grande cuesta muchos esfuerzos y grandes corazones en lucha: pero ahí mismo en ese camino nuestro temple se va fortaleciendo.
Enner constelación de fútbol. Enner guayaco, quiteño, quevedeño, cuencano, esmeraldeño: la patria toda en ti Enner. Enner estás palabras son un homenaje de alegría por tú hazaña deportiva de regalarnos dos grandiosos goles que ya son parte de nuestra leyenda deportiva nacional.
El triunfo ante Qatar es la victoria que viene cuando se trabaja en equipo cuando dejamos las individualidades atrás y sé trabaja uno con todos y todos con uno. La pelota la mueven todos y va con la fuerza de ganar. Vienen más triunfos con la selección. La alegría recién empieza. Amén
