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El Telégrafo
Duglas Rangel Donoso

“No puedo respirar”

02 de junio de 2020 - 00:00

Ira. Repudio. Me he quedado anonadado. Es incomprensible. Inadmisible. El Sr. George Floyd fue asesinado. El policía actuó con violencia racista y en una actitud contraria a la ley. El procedimiento policial no permite que un ciudadano quien está en arresto sea acostado en el piso y luego ponerle la rodilla en el cuello y presionarlo hasta matarlo.

Es una catástrofe lo acontecido en los Estados Unidos y ha despertado una violencia que cruza todos los estados. Las protestas condenan la excesiva acción policial y actualiza nuevamente esa lacerante existencia del racismo en la sociedad norteamericana.

Es inimaginable la escena que llevo a la muerte de Sr. Floyd. Durante siete minutos la realidad está fuera del control. Llevándonos a un hecho inverosímil: lo asfixia hasta matarlo. ¿Lo mata por ser negro? ¿lo mata por odio racial? ¿Lo mata por su supuesta superioridad? Estás preguntas tienen que ser respondidas por la sociedad norteamericana.

Todo discrimen es causante de violencia. EE.UU. está incendiado. Las protestas van a costa a costa. La gente pide justicia. Pide el fin del racismo. Pide que se acaben los excesos policiales. Nadie puede y debe perder la vida en medio de un procedimiento policial. La policía norteamericana tiene un grave estigma represivo contra ciudadanos negros. Todas las personas somos iguales ante la ley y ante la vida. El discrimen racial, sexual, económico es violencia y marginalidad. Crea supuestas superioridades. Unos ciudadanos superiores y otros inferiores: eso no existe ante la ley, eso es imposible.

El asesinato del Sr. Floyd ha desnudado el lado oscuro de la cultura norteamericana. Los blancos son superiores y el resto somos marginales y podemos ser asesinados en medio de un arresto. Las protestas enfrentan al racismo. El racismo es la deshumanización de la condición humana. No es posible lo que vemos en el video. La ira ha ganado las calles de los Estados Unidos. Estoy con esa ira. En cada marcha pacífica estoy ahí. Desde aquí estoy ahí y reitero mi rechazo a cualquier acto de marginalidad por cuestiones raciales, sexuales y las que fueran. (O)

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