“¿Cómo puede ser que Boris Johnson gane las elecciones?”, me preguntan una y otra vez. Un hombre al que sus críticos definen como un “mini-Trump” y sus antiguos amigos de partido como “charlatán”.

Un primer ministro que simplemente envía al Parlamento de vacaciones obligatorias porque no le gusta que los diputados rechacen su política del Brexit; que describe a sus oponentes políticos como “saboteadores” y “cobardes”. ¿Justamente los británicos, por lo demás pragmáticos y amistosos, lo confirman en el cargo?

Es decepcionante que Johnson fuera la primera opción para los votantes. Pero eso no tiene que ver con que sea brillante o popular (su puntuación en las encuestas es negativa), sino más bien porque los británicos están desgastados por el eterno ir y venir del Brexit.

Comparado con sus oponentes, Johnson parece ser el menor de los males. Muchos votantes echan a todos los políticos al mismo saco, no entienden por qué el Brexit se ha demorado tanto en ser implementado. El mensaje sencillo de Johnson “Let’s get Brexit done”, llegó en el momento justo.

Finalmente se terminarán las negociaciones en el Parlamento, no habrá más discusiones familiares entre los amigos de la UE y los patriotas pro Brexit. Por fin se termina este lío, piensan muchos. Su programa del Brexit está “cocinado”, lo que suena seductor y tiene resabios de fiesta navideña.

Las promesas de Johnson son tan erróneas como pegadizas. Él promete que, para finales del año que viene, Gran Bretaña estará fuera de la Unión Europea. Después se crearía también un acuerdo de libre comercio, por lo que se garantizaría que Gran Bretaña no quedará fuera del bloque y en caída libre.

Los expertos dicen que tales acuerdos solo se producen después de años de duras negociaciones. Y esto sigue. Una retirada de la UE liberaría dinero para el sistema sanitario británico, según Johnson. Este sigue evocando un futuro prometedor fuera de la UE cuando los estudios gubernamentales dicen que la economía se reducirá drásticamente, especialmente sin un acuerdo de libre comercio con EE.UU. (O)

Birgit Maaß *
* Tomado de DW