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El Telégrafo
Ximena Ortiz Crespo

El pan nuestro de cada día

13 de agosto de 2022 - 00:00

Dos noticias nos han obligado a investigar cómo estamos en cuanto a producción y consumo de alimentos y seguridad alimentaria. Una es el estancamiento del diálogo en la mesa n.º 3 –creada después de la protesta de junio–sobre el control de precios de los alimentos y la creación de una canasta básica para el sector rural. La otra, la aparición del número de la revista The Economist “La catástrofe alimentaria que se avecina con la espeluznante imagen de calaveras en vez de granos en espigas de trigo en la portada. 

La FAO, en su publicación El futuro de la alimentación y la agricultura”, de 2017, recomendaba, como medidas para lograr la seguridad alimentaria, erradicar la pobreza y reducir la desigualdad; mejorar la productividad agrícolaabordar el cambio climático y la intensificación de los desastres naturales; potenciar la resiliencia ante crisis prolongadas, desastres y conflictos, y transformar los sistemas alimentarios para que sean más eficientes, inclusivos y resilientes.

Pero ¿cuál es la realidad de la producción y la seguridad alimentaria en Ecuador? Consultamos a expertos y sacamos algunas conclusiones. 

1. Ecuador importa cereales que están en la dieta básica de personas y animales y que desde hace tiempo dejó de producir. En el caso del trigo el cereal más importante del mundo, el consumo per cápita es de 50 kilos al año. Se importan actualmente un millón cuatrocientas mil toneladas anuales, la mitad como alimento para camarones. Fray Jodoco Rike habría estado contrariado con tal situación. Él trajo sus primeras semillas en el siglo XVI y el país se autoabastec por 400 años, pero a raíz de la Segunda Guerra Mundial el país dejó de producirlo por la dependencia a donaciones de la Alianza para el Progreso y los intercambios de deuda externa con los Estados Unidos. Actualmente lo importa principalmente desde ese país, Canadá y Argentina.

El consumo de trigo ha subido en un 500% desde 1970. Es la materia prima para producir panes, fideo, pizzas o repostería; su precio se ha encarecido por la crisis de transporte de alimentos debido a la pandemia y la guerra contra Ucrania. Esta situación amenaza el equilibrio social ecuatoriano al ser un alimento básico de enorme consumo. Y nos dirige a pensar cómo innovadoras políticas de nutrición podrían influenciar en un cambio de hábitos de consumo con el reemplazo por otros alimentos elaborados a partir del plátano, el camote o la yuca. 

La producción de maíz suave de la Sierra satisface lanecesidades del país. Mientras que la de maíz amarillo duro es de un millón de toneladas anuales, pero son necesarias 500 mil toneladas al año más que se importan para transformarlo en alimentos balanceados para pollos, cerdos y mascotas.

El país es autosuficiente en la producción de arroz que es uno de los alimentos de la canasta básica y que los ecuatorianos consumimos a razón de 50 kilos per cápita. Existe potencial para mayor producción. En cuanto a la soya dependemos de la importación de 400 mil toneladas anuales de su pasta para alimento animal. Mientras que somos 100% dependientes de la avena traída desde fuera. 

En este momento crítico constatamos la importancia que tienen Rusia y Ucrania como productores de cereales, que suministran al mundo el 28% del trigo, el 29% de la cebada y el 15% del maíz.

2. El azúcar es un alimento que el ecuatoriano medio consume profusamente (38 k per cápita anualmente). Su producción se considera autosuficiente, sin embargo, se importa para las industrias chocolateras y confiteras.

3. El sector de los cultivos oleaginosos ha sido uno de los más dinámicos en los últimos decenios. Dado su alto contenido energético, los aceites desempeñan una función fundamental en la mejora de los suministros alimenticios. Sin embargo, la producción de palma es en gran parte responsable de la expansión de la frontera agrícola en la Costa y el Oriente del Ecuador, y su aceite se constituye en grasa saturada, mala para la salud humana. La grasa no saturada proviene de la soya, el girasol o la oliva que se importan. Su consumo es infinitamente menor, pero su precio sube por la guerra (Ucrania produce y exporta el 75% del aceite de girasol que se consume en el mundo), el calentamiento global y las dificultades del transporte transoceánico.

4. El sector de la producción de vegetales, tubérculos y hortalizas en la zona rurales de la Sierra es exitosoautoabastece el consumo nacional e inclusive alcanza para la exportación. 

Una producción que ha aumentado significativamente es la del aguacate, con la que nos autoabastecemos. Pero es importante que caminemos hacia exigir una certificación internacional de cultivo sostenible para garantizar que esta deliciosa fruta no sea producto de la deforestación o de la explotación indiscriminada de acuíferos.

La producción del tomate riñón fresco autoabastece aEcuador. Es uno de los vegetales de mayor consumo. Sin embargo, los productos elaborados a partir de este en el país han ido desapareciendo: al menos 30 empresas que los hacían dejaron de hacerlo, y desde hace unos años se importa casi la totalidad de salsas y pastas de tomate para pizzas, tallarines, etc. 

5. El país se autoabastece de proteínas de origen animalpollo, huevos y cerdo. La ganadería de carne, aunque no está completamente desarrollada, cuenta con producción suficiente.

6. Ecuador es autosuficiente en la producción de fréjol –que incluso exportamos–, pero otras proteínas de origen vegetal, como la lenteja y el garbanzo, se importan. 

7. En cuanto a las frutas, estamos totalmente autoabastecidos. Piña, papaya, mango, banano y naranja inclusive se exportan. Pero los precios de las manzanas, peras, uvas, duraznos, frambuesas, chirimoyas y sandías  que se importan desde Chile y Perú, prácticamente han eliminado la producción local. 

Hemos hablado someramente de la realidad de los alimentos que consumimos. Con la ayuda de tres expertos en producción de alimentos –el Dr. Carlos Nieto C., exdecano de Ciencias Agrícolas de la UCE; el Ing. José Orellana J., consultor internacional experto en alimentos, yel Ing. Mauricio Dávalos G., especialista en economía agrícola e industrial y productor exitoso– he podido tratar este complejo tema que requiere ser explorado con mayor profundidad. El país debe contar con estos connotados especialistas para llegar a ejercer la soberanía alimentaria que manda nuestra Constitución. Los ecuatorianos tenemos derecho a obtener alimentos a precios razonables producidos localmente mediante métodos ecológicos y sustentables. Por eso miramos con expectativa la publicación del libro de texto del Dr. Nieto que entre otros temas trata sobre las alternativas que tiene el Ecuador para evitar las crisis alimentarias.

El país requiere planificar de forma inmediata cómo enfrentar la crisis alimentaria que los expertos vaticinan. Para Ecuador, la FAO identifica un fuerte incremento de la inseguridad alimentaria con factores agravantes como son el decrecimiento económico, la inestabilidad de importantes cadenas de alimentos dependientes de las importaciones y los eventos climáticos extremos. A no ser que se tomen medidas audaces, la malnutrición y las desigualdades que afectan el acceso de miles de personas a los alimentos no se erradicarán en Ecuador como lo piden los ODS para 2030 y tampoco se resolverá el estancamiento de la mesa de diálogo que trata sobre este tema crucial.

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