El flamante presidente electo de Chile, Gabriel Boric, puede presumir de ser el primer candidato en llegar al Palacio de la Moneda sin haber sido el favorito en la primera vuelta electoral; además, por no estar cobijado por un partido tradicional y, finalmente también ser el Presidente más joven en la historia del país. Sin embargo, todos estos logros tendrán que respaldarse en acciones frente a las grandes expectativas levantadas a su alrededor.
Durante los últimos años vimos con asombro cómo el país más estable de la región atravesaba una gravísima crisis social en la que la polarización se convirtió en mandante de su situación política, lo que trajo como consecuencia un Plebiscito Nacional donde el país decidió que aprueba la opción de redactar una Nueva Constitución y el órgano para redactarla será la Convención Constituyente.
Es en este escenario político en el que Boric se apresta para asumir la Presidencia de Chile, siendo sus primeras acciones y manifestaciones públicas las que elevan todavía más las expectativas ya mencionadas. A pesar de reconocerse abiertamente como un político de izquierda, ha sido duramente crítico con el régimen venezolano, que se identifica con esta misma línea, al tiempo que tampoco se ha reconocido coideario de lo que sucede en Nicaragua. De hecho, al nombrar a quienes formarán parte de su gabinete destacan personajes que han tenido una larga lucha en favor de los derechos humanos y que sin ningún reparo han mostrado su oposición a Maduro y Ortega, haciendo énfaticas declaraciones de estar en contra de estas prácticas totalitarias, como es el caso de Antonia Urrejola, nombrada como la futura Canciller de Chile.
Al hablar del gabinete de Boric es imposible no destacar los avances en materia generacional, de género y orientación sexual. La mayoría son mujeres, varios ministros menores de treinta y cinco años, los primeros ministros abiertamente homosexuales en la historia del país, e incluso provenientes de posiciones que no necesariamente encajan con la bandera que Boric representa, pues Mario Marcel, el expresidente del Banco Central, está listo para asumir el Ministerio de Hacienda, lo que da a pensar que el Presidente electo más allá de ideologías está actuando con la cabeza, aunque eso no exime a Boric de olvidos importantes como la nula representación de miembros del pueblo mapuche en los cargos más importantes de la Función Ejecutiva.
Esperemos que estas primeras decisiones se repliquen y demuestren que Chile está listo para volver a ser un referente en la región, que su gobierno no decaiga en prácticas populistas y sobre todo que la sólida institucionalidad, respeto al Estado de derecho, a los derechos humanos y a la independencia de funciones se cristalicen como una oportunidad para gobernar de manera firme, pero abierta al diálogo.
