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El Telégrafo
Bernardo Sandoval Córdova

¡Árbitros: Las barbas en remojo!

21 de noviembre de 2021 - 00:00

El árbitro es una figura indispensable y controvertida en todos los deportes y sus decisiones son, a menudo, objeto de crítica.  El fútbol, deporte de pasiones, ha sido aquel en el que, quizás, más ardorosamente se critica o se defiende las decisiones arbitrales.  Los árbitros, en general, no pasan a la historia benevolente de los aficionados al fútbol y, aunque en general hayan sido buenos, unas pocas decisiones groseramente equivocadas o controvertidas, los marcan de por vida.  Quienes somos aficionados debemos procurar objetividad: apreciar los aciertos, criticar los errores y repudiar la mala fe.

En la final de Italia 90, el árbitro mexicano Edgardo Codesal pita un penal a favor de Alemania, faltando 6 minutos para el final del encuentro.  Las protestas violentas de los jugadores argentinos no cambiaron el destino y Andreas Brehme convirtió el gol del triunfo alemán.  Hasta ahora, 31 años después, persisten los insultos de argentinos al árbitro Codesal.  He revisado la jugad docenas de veces y estoy convencido de que, efectivamente, sí fue penal.  El defensa argentino, Sensini, cruza la pierna derecha por delante de las piernas del delantero Voeller, y no llega al balón al que que Voeller si llega y lo toca, centésimas de segundo antes de la zancadilla de Sensini.  De haber habido VAR con tres o cuatro ángulos distintos, la polémica se habría disipado, aunque, seguro, persistirían algunos que dirían que no fue penal y que le robaron la final a Argentina.

Veinticuatro años más tarde en Brasil 2014, se reedita la final Alemania-Argentina, con el mismo resultado: Alemania ganó por 1-0.  En este encuentro, sin embargo, el árbitro italiano Nicola Rizolli sí se equivoca groseramente en contra del equipo argentino cuando el golero alemán Manuel Neuer, al despejar con el puño, un balón dividido en el borde del área, golpea con su rodilla la cara de Gonzalo Higuaín.  El argumento de que Neuer si alcanzó a golpear el balón, también, es pueril. De haber existido VAR, éste habría determinado en forma concluyente que se trató de un penal.  De este episodio, no obstante, los argentinos no se acuerdan tanto y, la verdad, no se entiende.  ¿Acaso porque Codesal es mexicano hay que cargarle con toda la culpa, que no hubo, y al señor Rizolli, porque es europeo, no se le recuerda mal?  Fue penal bien cobrado a favor de Alemania en el 90 y fue penal no cobrado a favor de Argentina en la final de 2014.  Justicia en Italia 90, perjuicio para Argentina en Brasil 2014.

El VAR es la más maravillosa creación en el fútbol moderno.  El instrumento ideal para eliminar las horrendas injusticias o para ratificar las decisiones justas a los ojos de los apasionados que a veces no ven o que ven demasiado.  A pesar del VAR, hay árbitros tan malos o tan faltos de ética que no quieren ver lo obvio o que lo ven y no lo dicen.

El codazo de Otamendi a Raphinha en el duelo Argentina Brasil por las eliminatorias a Catar, perpetrado el 16 de noviembre, merecía tarjeta roja directa.  Los árbitros uruguayos Cunha, central, y Ostojich, responsable del VAR, pasaron por alto el incidente y ni siquiera cobraron falta, a pesar de que el señor Ostojich vio todo.  El central, Cunha, ni siquiera se molestó en ver la jugada.  Más aún nada dijo ante la insolencia de Otamendi de levantarle como a muñeco de trapo al sangrante jugador brasileño.

Por fin, la Conmebol, actúa con efectividad, justicia y certeza al suspender a estos malos árbitros, por tiempo indefinido.  También ha suspendido a Roberto Tobar, árbitro chileno que le regaló el penal a Argentina con el que nos ganaron 1-0 en Buenos Aires.  A Tobar le suspendieron por dejarse faltar al respeto por Neymar y no actuar como correspondía.

Lamentablemente a Daronco, el mal árbitro brasileño que debió expulsar a Bentancur y Nández, agresores horrendos de Gonzalo Plata en el partido con Uruguay en Montevideo y que no pitó un penal tras la falta de Giménez a Estrada, aún no le suspenden.

Enhorabuena por el fútbol.  Que el extraordinario VAR, mal utilizado o no utilizado, sea la espada de Damocles para los árbitros de mala fe.  El VAR es tan útil que hasta a los árbitros ineptos puede hacerlos lucir bien.  Gracias a esta excelente decisión de la Conmebol, de suspender a los que no utilizaron o mal utilizaron el VAR, los árbitros de mala fe tendrán que poner sus barbas en remojo.

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