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El Telégrafo
Rosalía Arteaga Serrano

Apuntándole al Guacho

01 de septiembre de 2020 - 00:00

Los procesos electorales siempre despiertan expectativas y por supuesto los deseos e intenciones de participar son lícitos en una democracia, en este sentido no se pueden poner cortapisas a esas aspiraciones y participaciones.

Pero, por otro lado, si miramos a lo que está pasando en el espectro político nacional, con la proliferación de candidaturas, algunas que surgen al calor de entusiasmos pasajeros o, lo que es peor aún, para propiciar impunidades, pensamos que hay mucho por hacer en educación y cultura cívica en el país.

Frente a ello, el pueblo, la masa que vota, la que se entusiasma con las ofertas de los candidatos en campaña, la que se siente desorientada frente a la profusión de las candidaturas o confundida sin poder diferenciar a quienes quieren prestar su contingente para sacar al país adelante, o quienes se atrincheran en dignidades que no merecen, para, a la menor oportunidad, medrar del erario público.

“Feria de vanidades” podría decir el escritor, la disminución de las dignidades públicas a la pura banalidad, a llegar sin experiencia o con la podredumbre del aprovechamiento de los exiguos recursos del Estado en la mira, podríamos apuntar otros.

¡Qué triste panorama!, ¡Qué desazón la que embarga a muchos!, parecería que se trata de una especie de lotería nacional, con un premio gordo, con el evidente deseo de apuntarle al guacho ganador, sin las capacidades o las experiencias, sin la menor posibilidad de realizar aquello que prometen.

Una especie de tómbola o de lotería, falta de seriedad en la propuesta de servicio público. Lo grave es que de lo que se trata es de salvar vidas humanas, no solo de las garras del coronavirus sino de la inanición que produce el hambre, la falta de satisfacción de necesidades vitales, las ansias de educar a los hijos, la de tener sueños y aspiraciones.

Cada vez hay un mayor desobligo con la política y los políticos, mayor descrédito de los partidos, de las instituciones, lo grave es que se desprestigia también la república y la democracia, mientras algunos a lo único que aspiran es a ganarse el número mayor de la lotería, el guacho trucado de la feria. (O)

 

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